Te fuiste inesperadamente, después de una vida que nos ha parecido corta a los que de verdad te queríamos.

Tuviste una vida llena y feliz. Has dejado grandes amigos en todos los sitios donde has estado, porque te dabas a todos de corazón.

Lo más importante para ti fue tu familia. De tus nueve hijos, Pepe ha sido especial. Nació con Síndrome de Down, y tú no te conformaste con atenderlo, educarlo y amarlo, como tantos padres hemos hecho. En ti saltó la chispa de un alma grande y, al ayudarle a él, te hiciste padre adoptivo de todos los deficientes psíquicos de Murcia. La tarea no era fácil, pues hace 46 años ni siquiera se hablaba de ellos y algunos hasta los ocultaban, no había ayudas ni centros especiales. Fuiste tú, Pepe, y solo tú el que te lanzaste al vacío, confiando en la Providencia Divina.

Le contaste tu idea a padres afectados amigos tuyos y empezásteis a andar abriendo un camino donde no lo había.

Gracias a ti, paso a paso, se fue avanzando. Creaste los estatutos y nació así la Asociación de Padres y Protectores de Subnormales (Aspapros). Fue la primera, y por bastantes años la única, asociación de este tipo en Murcia. Conseguiste abrir el primer centro de educación especial en una casica en el barrio de San Antolín, en régimen de media pensión. Cuantos problemas materiales y económicos se generaban, los solucionaba el ´Padre Fundador´, como yo bien sé. Después de deambular por distintos locales se construyó en Molina el centro definitivo: un colegio con talleres e internado.

¡Podría contar tantas cosas de nuestro peregrinaje...! En fin, Pepe, te has ganado el cielo a pulso y San Pedro, tu San Pedro, al que tanto cariño y devoción profesabas y del que eras camarero en su Cofradía, te habrá abierto con sus llaves las puertas del cielo de par en par, acompañado de toda la corte de tus hijos adoptivos, que tanto te deben y por los que tanto has luchado. Pide a Dios por nosotros. Con cariño y gratitud.

Carmen Alemán Hernández-Ros