En vacaciones siempre voy con mi perro a una playa canina. Le encanta correr en la arena, saltar sobre las olas y dormir bajo la sombrilla al frescor de la brisa marinera. Sin embargo, me da la sensación de que es peligroso. ¿Pueden aconsejarme?

Peligros hay en todas partes. En las playas también, aunque no hay que obsesionarse. Lo primero, dado que a las mismas van muchos perros, es tener las vacunas y desparasitaciones al día. Es importante. También es fundamental que el animal siempre disponga de un lugar con sombra para cobijarse y de agua fresca para beber. Si va a bañarse en el mar, asegúrate de que tu perro es capaz de nadar.

En principio, todos saben hacerlo. Sin embargo, la obesidad o algunos problemas cardíacos o pulmonares pueden impedírselo. Tras el baño en el mar, enjuágale con agua dulce para evitar que el salitre le produzca picores que, en algunos casos, podrían traducirse en eccemas.

También pueden existir otros peligros difíciles de prever como anzuelos, restos de comida o algas tóxicas, por ejemplo. Por último, recuerda que acudir a la playa con tu perro significa estar pendiente de él. Sé responsable y cuídalo como merece.