La reciente actuación policial desarrollada en una vivienda en Alicante en la que se hacinaban unos setenta perros de razas pequeñas y tres cacatúas pone de manifiesto la realidad sobre la cría de animales por particulares, un negocio que no desaparece.

Muchos se preguntarán cómo es posible que esto ocurra, pero la respuesta es sencilla: la venta por Internet de cachorros de perro por particulares facilita este tipo de negocios llevados sin ningún tipo de garantía sanitaria, que pone en peligro las vidas de seres inocentes. Pero seamos sinceros, son tan culpables aquellos particulares que se dedican a la cría, careciendo de permisos y licencias, como aquellos que acuden a Internet buscando un anuncio a través del cual comprar un animal.

Siendo siempre la mejor opción acudir a la adopción, puesto que existen miles de animales que buscan un hogar, si se decide acudir a la compraventa de animales, debe realizarse adoptando las garantías necesarias. Es decir, acudiendo a un establecimiento o un criador registrado, con las licencias y permisos correspondientes, que garantice el cumplimiento de las medidas higiénico-sanitarias necesarias, así como la edad de los cachorros, puesto que en la mayor parte de las ocasiones, se utiliza para la venta a cachorros que por su juventud (apenas semanas) no han recibido las correspondientes vacunas lo que les hace muy vulnerables a las enfermedades y debilita su estado de salud.

Evidentemente, la erradicación de estas conductas siempre pasará por la prohibición de la venta de animales entre particulares, un paso más que conquistar. Pero al menos, en nuestra mano está optar por la adopción, porque la vida de un animal no se compra.