Si en el artículo anterior hablábamos de la existencia de animales considerados de ´segunda categoría´, en este vamos a hablar de los que probablemente se lleven la peor parte en este sentido, los insectos.

Debido al proceso de socialización y no a ningún otro motivo, aprendemos que esos animales no tienen ningún derecho a la vida y que su sufrimiento no importa lo más mínimo. Mediante el modelado a través de lo que vemos en los adultos, aprendemos que la reacción que nos tienen que generar es de rechazo y producir sensaciones desagradables.

Vemos estas reacciones en los demás y aprendemos que así es como debemos comportarnos con ellos. La prueba de que es un condicionamiento social es que a los niños los insectos no les producen este tipo de reacciones, es más, les suelen gustar y llamar la atención.

Se supone y aprende que lo normal es que nos den asco y miedo, ya que la mayor parte de la gente se relaciona de esta forma con ellos, en lugar de pararse a pensar y darse cuenta de que este miedo y este asco son absolutamente irracionales. Esta creencia no tiene ningún tipo de fundamentación objetiva ni real.

Los insectos no son tan peligrosos como para desencadenar las respuestas que suelen producir en las personas cuando los ven, ni su aspecto es mejor ni peor que la de cualquier otro ser vivo o animal. La consecuencia de esto en los seres humanos, es la vivencia desproporcionada de emociones negativas, ante la presencia de cualquier animal de dicha especie.

Además, el trato que reciben y la poca importancia que le damos a su vida, se debe al simple hecho de que no nos parecen bonitos o ´adorables´. Esto les coloca en el primer puesto en la escala de los animales más desprotegidos.

Ahora por ejemplo, se está poniendo de moda comer insectos y la gente empieza hacerlo simplemente porque socialmente está bien visto. Ojalá algún día lo que se ponga de moda sea el respeto y el amor hacia todos los seres vivos, sin que ninguno de ellos tenía que pagar la falta de conciencia y de responsabilidad de los humanos, que desgraciadamente tienen todo el poder sobre ellos.