Violencia de género

Da una salvaje paliza a su ex en Los Nietos y pide salir de la cárcel porque vive lejos de ella

El individuo, que está en prisión provisional por tentativa de homicidio, solicita que le dejen marchar del penal y le pongan una pulsera telemática 

Está acusado de romper la puerta de la casa de la mujer, apalearla y fracturarle a golpes seis costillas

Imagen de archivo de una protesta contra la violencia machista.

Imagen de archivo de una protesta contra la violencia machista. / EFE

Ana Lucas

Ana Lucas

Un individuo que dio una salvaje paliza a su exnovia y la mandó al hospital, y que se encuentra por ello en prisión provisional por un delito de homicidio en grado de tentativa, ha pedido al juez salir de la cárcel y que le pongan una pulsera telemática porque, según alega, vive a más de cincuenta kilómetros de su víctima

Los hechos por los que está imputado este sujeto tuvieron lugar en la población de Los Nietos, en Cartagena, en septiembre del año pasado. Según el atestado de la Guardia Civil remitido al juzgado en su momento, el hombre, para entrar a la casa de su expareja (a la cual no podía acercarse por mandato judicial, ya que desde julio tenía en vigor una orden de alejamiento), rompió la puerta de acceso. Allí la esperó. Cuando llegó al domicilio (en el interior del cual también rompió cosas) la mujer, presuntamente le preguntó si venía de «putear», tras lo cual la golpeó por todo el cuerpo, tirándola al suelo.

Al hospital y operada

La víctima, malherida, logró llegar al centro de salud. Los facultativos, al ver el estado de la mujer, llamaron a la Policía. Mientras tanto, el sujeto se dedicó a mandar mensajes vía WhatsApp a la afectada: «Mi coche, sí o sí», «te reviento la casa o tú sabrás», «o el coche o quemo todo», «rompo la tele», «donde está mi coche, ya», «necesito el coche, qué poyas» (sic) «o destrozo la casa, tú sabrás».

Con seis costillas, la nariz y el labio rotos, la mujer acabó en el hospital, donde fue intervenida quirúrgicamente. El hombre fue arrestado y acabó en prisión.

Ahora, su defensa pide que lo saquen y sugiere que le pongan una pulsera telemática. Asegura que estar en el penal le perjudica, dado que «tiene una situación laboral estable» y llega a decir que el encarcelamiento «carece de sentido, puesto que reside a mas de 50 kilómetros de la víctima». A la cual intenta culpar, pues «le remitía mensajes afectuosos pese al a existencia del alejamiento». El juez deniega su petición: este individuo continuará encerrado.