Tribunales

Acoso sexual en un supermercado de Cartagena: "Vaya culo, vaya polvo, ¿quieres plátano?"

El TSJ desestima el recurso presentado por un jefe del establecimiento contra la sentencia que declaró procedente su despido por sus comentarios a una empleada, a la que llegó a tirar del sujetador a modo de tirachinas

Una marcha contra la violencia machista

Una marcha contra la violencia machista / Andrés Gutiérrez

Ana Lucas

Ana Lucas

«Vaya culo tienes, vaya polvo», espetó a una de sus trabajadoras. «Me la tiraba», apuntó, sobre la misma mujer, en una conversación con otro compañero. El escenario, un supermercado ubicado en la ciudad de Cartagena. «Todos los días me dice algo, me quita las ganas de ir a trabajar», dijo la afectada al mismo colega. Luego, el sujeto, que era el jefe del supermercado en el que todos trabajaban, la tomó con otra de las empleadas: «Hay que machacarla, agobiarla, presionarle con cada vez más trabajo, hasta que se vaya», decía. «Me suda la polla que no pueda coger peso, la obligáis», insistía sobre esta mujer.

"Los pelos del coño, ¿te los has cortado?", dijo a una trabajadora al ver que había ido a la peluquería

A otra de las subordinadas, cuando vio que había ido a la peluquería, le soltó: «Qué guapa, pero, los pelos del coño, ¿también te los has cortado?». El individuo admitió que no quería «un buen ambiente de trabajo entre los compañeros» e hizo que así fuese: les cambiaba los horarios sin avisar, por ejemplo. «Los compañeros no tenemos la valentía de plantarle un poco de cara, porque no es posible hablar con él, te levanta la voz, te amenaza y no hay comunicación», explicaría luego u de sus víctimas, según consta en el relato de hechos probados de la sentencia. «Sois unos inútiles, no valéis para nada», decía a sus subordinados. «¿Quieres ver mi verga? Si te la meto, te atraganto», inquirió a una empleada. Una vez, estando en la zona de frutería, cogió un plátano y lo colocó en su zona genital, mientras preguntaba a una trabajadora: «¿Quieres plátano?» Cuando la empresa se enteró de las cosas que estaban pasando, empezó a investigar. 

Casi 3.000 euros al mes

Como consecuencia de las pesquisas, en agosto de 2021 a este individuo le llegó la carta de despido: había cometido una falta disciplinaria muy grave, se iba a la calle. Se le hizo entrega del finiquito (que él no aceptó) y se le despidió como consecuencia de su conducta. Este hombre tenía una antigüedad desde septiembre del año 2000, la categoría profesional de ‘responsable de tienda’, un contrato indefinido a jornada completa (de lunes a viernes) y un salario mensual de 2.925,89 euros. 

El sujeto acudió a los tribunales, porque no entendía por qué habían prescindido de sus servicios. La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Murcia desestimó el recurso presentado por el exjefe, que tiró del sujetador a modo de tirachinas a una de las mujeres.

En su recurso ante la Sala, que no ha prosperado, el cesado alegó prescripción, generalidad en la exposición de hechos recogidos en la carta de despido y defectos de forma, entre otros, ninguno de los cuales ha sido estimado.

El tribunal ha confirmado la sentencia originaria, que, en cuanto al despido, lo declaró procedente; y respecto, al pago de los salarios debidos que reclamó, condenó a la empresa a pagarle 3.000 euros al individuo.