Tribunales

La empresa de la plaza de toros de Murcia atribuye la muerte del carnicero a una imprudencia del fallecido

"No debería haber realizado la función encomendada por no encontrarse, según advirtió su acompañante, en condiciones óptimas al estar influenciado por la ingesta de bebidas alcohólicas"

EFE

La empresa Toros Sureste, organizadora de los festejos taurinos que se celebran en el coso de la Condomina de Murcia, considera que la muerte del carnicero que falleció al ser corneado por un toro que había sido devuelto a los corrales, en la pasada Feria de Septiembre, fue debida a su propia imprudencia.

Así se recoge en el escrito presentado en nombre de esa sociedad por el penalista murciano José María Caballero, en el que se solicita el sobreseimiento de las diligencias que se tramitan en un juzgado de Instrucción de Murcia por un presunto delito de homicidio por imprudencia.

Dice el escrito que se ha acreditado que "la única causa eficiente del luctuoso suceso no fue sino la imprudente actuación del fallecido, que no debería haber realizado la función encomendada -rematar al toro en los corrales- por no encontrarse, según advirtió su acompañante, en condiciones óptimas al estar influenciado por la ingesta de bebidas alcohólicas".

Y añade que el carnicero no esperó a que se diera la correspondiente autorización por parte de los corraleros para acceder al interior de la corraleta del coso una vez que se hubieran asegurado aquellos de que el astado estaba muerto.

Para la defensa de Toros Sureste, el fallecido se introdujo en el interior de esa dependencia "de forma sorpresiva e inesperada, antes de que se diera esa autorización y cuando aún era perfectamente perceptible que el toro no estaba muerto, desatendiendo las normas de precaución establecidas para evitar riesgos, perfectamente conocidas por todos los intervinientes".

Según Caballero, está claro que el carnicero mortalmente corneado por la res, de haber respetado el procedimiento establecido, no habría corrido riesgo alguno al realizar su función.

El mortal suceso se produjo el pasado septiembre, cuando la víctima, S.L., por motivos no enteramente esclarecidos hasta ahora, logró acceder a los corrales del coso de la Condomina e intentó apuntillar al toro en la creencia de que estaba muerto tras haber sido atronado, cuando no era así.

El carnicero sufrió numerosas cornadas por todo el cuerpo al levantarse la res, resultando con las graves lesiones que determinaron su muerte de forma casi inmediata.

En estas diligencias judiciales figuran como investigadas siete personas, entre ellas, el funcionario del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) que ejercía funciones de delegado gubernativo aquel día y durante toda la feria taurina y varios empleados de la plaza, junto con el dueño de la empresa cárnica encargada del desolladero y retirada de la carne de las reses.

Todos ellos deberán pasar por el juzgado para prestar declaración como investigados entre el veinte de abril y el ocho de junio.