Caso Abierto - La Opinión de Murcia

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Policial

091: El cerebro de la Policía

Recibe entre 480 y 600 llamadas cada día, el 60% de ellas informativas: avisos por violencia de género, riñas y robos en casas se llevan la palma

Agentes en la sala del 091 en la Región de Murcia, fotografiados este jueves. ISRAEL SANCHEZ

El Centro Inteligente de Mando, Coordinación y Control (Cimacc) de la Policía Nacional en la Región «es el cerebro, la materia gris, de la Jefatura. Si falla, la estructura de seguridad ciudadana se viene abajo. Es un servicio maravilloso y, sobre todo, de servicio al ciudadano». Así se expresa el inspector Alfredo Antuña, hasta pasado el 30 de junio jefe del Cimacc, que se queda con «la satisfacción de que, de vez en cuando, llegan algunas felicitaciones por parte de los ciudadanos» por el buen hacer de un servicio, el de la sala del 091, en el que trabajan 32 personas, «un 45% de ellas mujeres», las cuales, sin desmerecer a sus colegas varones, «tienen un poco más acentuado el sentido humano», considera Antuña.

Las dependencias del Cimacc se ubican en la última planta del inmueble que la Policía Nacional tiene en Ceballos, en su Jefatura. Los hombres y mujeres que componen el equipo trabajan pegados al ordenador y al micrófono, en un sistema, operativo durante las 24 horas, conectado con el Centro de Coordinación de Emergencias. Aunque está emplazada en la capital de la Región, la sala coordina las necesidades de los municipios en los que hay Cuerpo Nacional de Policía: Murcia, Cartagena, Lorca, Molina de Segura, Alcantarilla y Yecla.

«Antes había una sala en cada municipio, pero desde 2015 ya está todo unificado», comenta Antuña, que rememora que entonces «se crea el centro, con sede en Jefatura, que dirige y coordina todas las unidades de seguridad ciudadana de la Región. Cuando alguien llama al 091 desde Yecla, desde Lorca... la llamada se gestiona desde aquí».

De esta manera, «ganamos en gestión de personal», afirma el inspector, dado que «si antes había dos o tres personas en cada sala, en cada municipio, ahora se centraliza, y trabajan un jefe de sala y cinco policías por turno». «Se reducen efectivos a nivel regional» con lo cual puede haber policías dedicados a otras labores, entre ellas patrullar.

« Tengo el prestigio de que estadísticamente somos el mejor Cimacc de España, el más eficiente, con 15.000 o 16.000 llamadas, dependiendo de los meses», asevera el hasta ahora jefe de la sala, que valora «la preparación, los cursos que tienen que hacer los operarios del Cimacc». Es algo tan especializado que, en lo más duro de la covid, las medidas de seguridad eran extremas: si alguien enfermaba, no se le podía sustituir.

«Ahora, en verano, un tercio del personal está de vacaciones, y mantenemos cuatro o cinco siempre en sala», resalta el inspector.

Las llamadas con insultos o de despiste acaban con multa de 600 euros

«Por suerte son pocas, pero intentamos reducirlas», dice el inspector Antuña sobre las llamadas «maliciosas», que son aquellas que realizan personas que no tienen otra cosa que hacer que marcar el 091 para insultar a los agentes. Hay improperios de lo más variado: «Hijos de puta, cabrones, que os follen…», detalla el inspector.

Lo que hace entonces el cuerpo es quedarse con el teléfono del ‘gracioso’ que llama (sabe cuál es aunque lo haga con número oculto) y «gestionar una propuesta de sanción con Delegación del Gobierno». Al final, les llega a casa una multa de 600 euros.

Además de las llamadas maliciosas, «hay llamadas de despiste», detalla Antuña. Por ejemplo, «llaman diciendo hay una riña multitudinaria», con el fin de que se movilicen muchas patrullas. Los agentes van y «resulta que no había tal pelea, pero han despistado a una serie de unidades a una zona determinada». «Son las menos, también es cierto», precisa Antuña. 

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