Policial

"Al 091 nos llaman mayores que están solos y necesitan un poco de auxilio humanitario"

"Si avisa una señora porque se ha caído su marido y no puede levantarlo, acudimos", explica Alfredro Antuña

Alfredo Antuña, en las dependencias de la sala del 091 en la Jefatura de la calle Ceballos.

Alfredo Antuña, en las dependencias de la sala del 091 en la Jefatura de la calle Ceballos. / ISRAEL SANCHEZ

Ana Lucas

Ana Lucas

«Empecé a dirigir la sala el 8 de marzo del 2017, antes estuve en Homicidios y Atracos y opté por algo un poco más tranquilo, o eso pensaba yo», comenta el inspector Alfredo Antuña, que tiene claro que, a lo largo de estos años, «he conseguido un éxito importante debido a los funcionarios». Antuña fue, hasta hace un mes, el jefe del Centro Inteligente de Mando, Coordinación y Control (Cimacc) de la Policía Nacional en la Región 

Entre semana, en el 91, «a partir de las dos de la madrugada, baja bastante el nivel de trabajo». Y entonces aparecen las «llamadas humanitarias», que son aquellas que hacen «personas que se sienten solas». «Parecemos un poco el Teléfono de la Esperanza», comenta el inspector.

«Mire usted, estoy sola y he oído ruido», dice una señora, al otro lado del teléfono. Y se trata de «una persona mayor que se encuentra sola». La cual recibe el apoyo que precisa, porque entonces «haces un poco de auxilio humanitario, que lo necesitan», asegura Antuña. Y hay llamadas para todos los gustos: «Algunos te hablan de extraterrestres».

Las personas vulnerables tienen en la Policía a unos aliados que «si llama una señora y dice que se ha caído su marido y no puede levantarlo, acudimos». «Si vemos una lesión, llamamos al servicio médico», insiste el inspector, que afirma que los agentes actúan así «por obligación y por devoción». «Y acompañamos a esa persona hasta que acuden los médicos», subraya.

Admite que «muchas veces no tenemos los recursos que nos gustaría tener en la calle», pero valora que se intente «optimizar esos recursos, en relación a las llamadas y a los requerimientos ciudadanos». «Y hay que priorizar: violencia de género, está claro que eso es prioritario; que haya unos individuos fumando porros en la calle no es prioritario», remarca.

Para funcionar con rapidez, en la sala cuentan con un sistema de localización de vehículos. En concreto, «ubicamos la llamada y vemos el indicativo más cercano», detalla el inspector. 

El de Murcia es (tras Madrid, Valencia, Málaga y Sevilla) el quinto Cimacc en recepción de llamadas de España, donde hay 37. En el centro de Ceballos lo dan todo un inspector al mando, cinco subinspectores, siete oficiales de policía y 20 policías, en distintos turnos. Sobre su método de trabajo, Antuña sentencia: «Una de las prioridades que sí tenía con mi gente: cada 50 minutos tenéis que desconectar. Y hay que despejarse. Os pido que salgáis un ratito a la calle, al pasillo, pero desconectar de este mundo, porque es un auténtico estrés, sobre todo las tardes».

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