Judicial

El 'caso 609' se estanca en los juzgados

En diciembre se cumplen cinco años de aquel puñetazo que recibió en Santa Isabel, en Murcia, el joven Andrés Martínez, que estuvo entre la vida y la muerte en la Arrixaca

Andrés llega en silla de ruedas a los juzgados, al comienzo del periplo judicial que aún soporta.

Andrés llega en silla de ruedas a los juzgados, al comienzo del periplo judicial que aún soporta. / I. Sánchez

Ana Lucas

Ana Lucas

Era domingo, 11 de diciembre de 2016, cuando Andrés Martínez, un joven de entonces 28 años de edad, vecino de Alcantarilla, que había salido con sus amigos de fiesta por Murcia era agredido brutalmente en la céntrica plaza de Santa Isabel, en Murcia. Lo tumbaba de un solo puñetazo un hombre, que, gracias, al vídeo grabado con el móvil por un testigo de la salvaje agresión, era identificado rápidamente como Hristo, uno de los porteros del grupo que regentaba el local 609, del que Andrés Martínez acababa de salir, con sus colegas. 

Fue en ese pub donde comenzó la bronca que acabó con el golpe que mandó al joven a la UCI, donde estuvo en coma, debatiéndose entre la vida y la muerte, hasta Año Nuevo. Detrás quedaba a la víctima, sin embargo, un largo camino de médicos y forenses, para intentar recuperarse, una incapacidad permanente concedida por la Seguridad Social en 2018 (mismo año en el que Hristo salía de prisión provisional, donde estuvo 15 meses) y un largo periplo judicial que aún continúa. 

El confinamiento, debido a la pandemia de coronavirus, solo sirvió para ralentizar aún más una causa que ya estaba ralentizada de por sí. El procedimiento ha estado parado más de un año en los juzgados a causa de un recurso que presentó Francisco Adán, abogado de Andrés. El letrado consideraba que faltaban dos documentos, que eran las notificaciones de procesamiento a la sociedad del 609 y a su compañía aseguradora, a las que considera responsables civiles. Tras trece meses de parón, la Audiencia Provincial de Murcia ha resuelto que no es requisito imprescindible notificárselo personalmente a estas empresas, que basta con que lo sepan sus abogados

Francisco Adán, abogado de Andrés, atiende a los medios de comunicación.

Francisco Adán, abogado de Andrés, atiende a los medios de comunicación. / L.O.

El recurso fue presentado por Adán en septiembre de 2020 y la respuesta llegaba a principios de este mes. Pero al proceso aún le queda recorrido. 

La burocracia judicial pasa ahora por «dar traslado de las actuaciones a las defensas de los acusados y a los responsables civiles. Y luego dar traslado para las calificaciones», explica Francisco Adán. En su opinión, lo que está pasando es «un despropósito». «Todo lo que sea retraso, a los acusados les beneficia», considera. Previsiblemente, los procesados, cuando se dicte sentencia, se beneficiarían de la atenuante de dilaciones indebidas.

"Lo que está pasando es un despropósito, y todo lo que sea retraso beneficia a los acusados"

Las dilaciones indebidas son un atenuante en un proceso penal que hace que se rebaje la pena por la tardanza en celebrarse el juicio. La Justicia, desbordada, ‘asume’ su culpa.

Cabe recordar que la Audiencia Provincial de Murcia está señalando juicios para 2024, lo cual hace temer a los interesados que se dilate aún más en el tiempo este procedimiento. Un procedimiento en el que el Servicio Murciano de Salud (SMS) también reclama miles de euros. Lo hace por los gastos sanitarios derivados del caso: Andrés, tras recibir el golpe, fue hospitalizado, estuvo en la UCI y fue operado dos veces

Podría haberse ralentizado más

El abogado de Andrés manifiesta que el caso podría incluso haberse dilatado más tiempo en los juzgados: si la Audiencia llega a aceptar su recurso, podría haber devuelto la causa al Juzgado de Instrucción del que partió.

También apunta el letrado que Hristo, el principal acusado en el proceso, «es el único» que ha realizado ya un ingreso, en concepto de responsabilidad civil, a su víctima. Al actuar así, previsiblemente se le aplique la atenuante de reparación del daño (esta se tiene en cuenta cuando se ve la voluntad de dar una indemnización al afectado). 

El conocido como ‘caso 609’ causó una gran impresión en la opinión pública, murciana y nacional, precisamente porque había vídeo del puñetazo. El grupo para el que trabajaba despidió a Hristo, el cual, al salir de la cárcel, manifestó que estaba arrepentido de lo que había hecho. «Desde el primer momento», dijo. En la puerta del 609 llegaron a aparecer pintadas contra el pub, y se llamó a un boicot contra el local.