Adolescencia

Las 9 propuestas para proteger a los menores de edad de la pornografía: “Necesitamos un pacto de Estado”

La edad de inicio de muchos españoles en el visionado de contenidos sexuales por internet son los 8 años

El Gobierno se plantea obligar a introducir el DNI para acceder a este tipo de páginas web

Jorge Gutiérrez es el creador de la ONG "Dale una vuelta".

Jorge Gutiérrez es el creador de la ONG "Dale una vuelta". / Cedida

David López Frías

El acceso de los menores de edad se ha convertido en uno de los temas recurrentes de los últimos días. El Gobierno estudia las formas posibles para evitar que los menores españoles accedan a este tipo de contenidos en internet. Porque, hasta la fecha, es prácticamente imposible evitar que una persona, de la edad que sea, se meta en una página porno.

La única restricción aparente es un banner, al ingresar, que advierte que la página es para mayores de 18 años. Ahí da dos opciones: entrar si eres mayor de edad, o abandonar la página si no lo eres. Pero no hay ningún sistema para controlar que un menor de edad mienta, haga click en el “sí” y acceda a la web pornográfica.

El debate ha surgido a colación de la publicación del Informe sobre la protección integral de menores frente al acceso a la pornografía en internet, que recoge datos preocupantes. Como que la mitad de los jóvenes españoles de entre 12 y 15 años ha consumido en alguna ocasión pornografía. O que la edad de acceso por primera vez suelen ser los 8 años y que el 25% reconoce haberlo hecho antes de los 12. O que 7 de cada 10 adolescentes de entre 13 y 17 años lo hace de forma regular. O que para el 30% de los jóvenes, la pornografía es su única fuente de información sexual.

Dale una vuelta

Hay una ONG en España que se llama Dale una vuelta (daleunavuelta.org) que se dedica esencialmente a prevenir los daños ocasionados por la adicción a la pornografía. “O por el uso, porque todavía no hay consenso en considerarlo una adicción. El DSM5, que es el libro de la psiquiatría estadounidense, aún no lo considera una adicción. En cambio, la OMS sí incluye el concepto “uso problemático de la pornografía” en su último informe”.

Lo explica Jorge Gutiérrez, periodista que dirige la ONG. Una iniciativa que se puso en marcha “por una necesidad: no había nada en España sobre este tema y además conocía algún colega con problemas de consumo frecuente de pornografía. Con dos amigos investigamos y solo encontramos referencias sobre la influencia del porno en algunas fundaciones y movimientos en Estados Unidos”.

“Estaba todo por hacer, y nos lanzamos. A las pocas semanas empezamos a recibir peticiones de ayuda, gente que quería salir de este consumo porque le ocasionaba problemas en su vida diaria”, explica a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica. Eso fue en 2015. A día de hoy, esta entidad cifra en 4.233 el número de personas (la mayoría, varones) a las que ha atendido.

El enemigo silencioso

Porque, aunque no haya consenso sobre si la pornografía es una adicción o no, explica Gutiérrez que “cada adicción tiene sus diferencias y semejanzas con el resto, como ocurre en las adicciones de la conducta o sin sustancia. El peligro de la adicción al porno es que no deja huella aparente, que no da la cara, que pasa desapercibida. Pero vemos que con el paso de los años, en la vida adulta, surgen problemas personales, familiares, sociales, laborales, derivados de su consumo".

El consumo abusivo del porno es “una adicción silenciosa que no parece tan dañina, de ahí el peligro, precisamente. El porno te consume, te aísla y te desconecta a cámara lenta. Y las drogas y el alcohol tienen un efecto brutal en la persona. Pero, ¿cuál es el límite en la adicción a las drogas? Probablemente la sobredosis. ¿Y en el alcohol? El coma etílico, que te puede matar. En la adicción al juego, sería la ruina, cuando lo pierdes todo. Pero en la adicción al porno, el final es quedarte sin batería. Recargas… y ya estás disponible otra vez”.

Cuentan desde la ONG que existen numerosos estudios sobre patrones de consumo, edad, sexo, etcétera. En términos generales, se puede hablar de que la edad de inicio a la pornografía en España está en torno a los 11 años. Hay estudios que arrojan datos interesantes, como que se va igualando el consumo entre chicos y chicas, aunque ellos lo ven con mayor frecuencia. Y sorprende también como la pornografía hardcore es la más vista entre adolescentes”.

Las 3 A

Para los expertos en este tipo de adicciones, la pornografía cuenta con tres hándicaps que son conocidos como “las 3 A”: accesibilidad, (es muy fácil acceder, sólo hace falta un teléfono móvil o un ordenador y conexión a internet), asequibilidad (la mayor parte de los contenidos son gratis) y el anonimato (ya no es necesario ir a comprar revistas al kiosco o alquilar películas en el videoclub).

¿Es la pornografía un problema de salud pública? “Pienso que se trata de un problema global, muy silenciado y normalizado, aunque hay diferentes niveles, tanto de pornografía como de consumo. Lo que es evidente es que es la primera vez en la historia que la pornografía está tan a mano y ofrece una variedad casi infinita. En sentido amplio, si consideramos la salud en términos afectivos, sexuales y mentales, desde luego creo que estamos ante un desafío de salud pública”, cuenta Jorge.

Este desafío pasa por evitar el acceso de los menores a las páginas de contenido pornográfico. El primero, o el más polémico, es el que habla de utilizar el DNI para ingresar a webs con este tipo de contenidos. Una medida que va en línea con la Ley de Servicios Digitales europea, pero que podría chocar frontalmente con políticas nacionales de protección de datos.

Nueve pilares

Para el director de esta ONG, hay una serie de pilares en los que se debe apoyar el sistema de protección de la infancia ante la pornografía: “Desde Dale Una Vuelta, en referencia a la protección de menores, junto con otras cinco entidades impulsamos hace seis años una propuesta de Pacto de Estado”.

Estas propuestas, nueve en concreto, empezarían por “un sistema de verificación de edad, con certificado digital y que proteja a su vez todo lo posible el anonimato”. Es lo que pretende el Gobierno con la medida del DNI, aunque no sería una medida que protegiese el anonimato del usuario.

La segunda y la tercera medida serían, para la ONG, “el uso del dominio .xxx en todos aquellos websites en los que más del 30% de su contenido sea sexual”, además de “la colaboración con empresas de telefonía para dispositivos con control de contenidos ya previamente instalados”. Estas medidas propiciarían la cuarta, que sería “imponer sanciones a las plataformas de contenido pornográfico si no cumplen la ley”.

El quinto pilar, según Gutiérrez, sería “la utilización y difusión de medios públicos para denuncias, como el de la AEPD o el Incibe”. Es decir, la Agencia Española de Protección de Datos y el Instituto Nacional de Ciberseguridad, que actuarían de centinelas dentro de las medidas que se impongan. El sexto sería el último relacionado con internet puro y duro: “Mejorar el control de los algoritmos en los contenidos sexualizados en redes sociales”. Esto es, tratar de evitar que TikTok o Instagram muestren constantemente vídeos sexualizados a los usuarios menores.

Salud pública

A partir de ahí, las tres medidas restantes están más enfocadas desde el ámbito de la salud pública“Más investigación sobre el impacto del neurodesarrollo de pantallas y pornografía en el ámbito afectivo-sexual, más recursos en atención primaria y salud pública para detección, prevención e intervención y que se impartan talleres de educación afectivo-sexual para prevenir el consumo de porno, donde es necesario el trabajo conjunto entre familias y centros educativos”.

Porque, según Jorge, “es en el seno familiar donde hay que abordar este tipo de conversaciones con los menores. Con confianza. Cuando escuchan alguna letra de reguetón. O cuando ven una serie de adolescentes donde hay escenas sexuales. O cuando ven en la tele alguna noticia de agresiones sexuales. Siempre es buen momento para que los padres aborden estas cuestiones. Porque, o lo hago yo, o lo hará internet por mí”.