Opinión | Noticias del Antropoceno

Encadenados a la propina

La moda en TikTok son los vídeos de españoles que viajan o residen en otros países y quieren instruirnos con las diferencias que perciben en el estilo de vida de su actual destino en relación con su país de origen, España. O a la inversa, extranjeros que viajan o residen en España y te cuentan lo que les asombra o choca de nuestro país en relación con su país de origen. Hay de todo, pero abundan los elogios al estilo de vida español. A todos nos gusta que nos regalen los oídos.

De los Estados Unidos, lo que destacan sobre todo los viajeros o recientemente trasladados a aquel país es el tema de las propinas. Lo que estos españoles no sepan probablemente es que ese tema en un asunto muy controvertido y debatido últimamente por los propios estadounidenses, sobre todo a partir de su generalización a múltiples ámbitos de la vida cotidiana. Yo creía que había visto todo sobre propinas en USA en cuando supe que los huéspedes norteamericanos tienen por costumbre dejarlas sustanciosas a las limpiadoras de los hoteles, a las que ni conocen ni con las que tratan personalmente en ningún momento. Supongo que será una cuestión de moral personal, porque nadie les va a agradecer el gesto, que se sepa. 

Pero el colmo ahora es que hasta las máquinas de vending en Estados Unidos pueden tener habilitada la funcionalidad de agregar al servicio automático una propina. ¡A ver! O yo me he vuelto tonto o donde no hay ninguna persona prestándote un servicio, no deberías sentir obligación de premiar ¿a quien? ¿a la máquina?

También hay cada vez más restaurantes norteamericanos (y desgraciadamente británicos) que reservan en su ticket, un espacio para la propina del maître, diferenciada de la del camarero. Imagino que dentro de poco se añadirá un apartado para el chef o incluso para su ayudante, aparte de para las limpiadoras. por supuesto. 

Y eso por no entrar en la cuantía de la propina, con alternativas entre el 10 y el 30% que te obligan a elegir en el datáfono bajo la atenta mirada del camarero, o del hecho en sí de que te sientas obligado a dar propina aunque hayas recibido un servicio pésimo y te hayas tenido que enfrentar a gestos desabridos por alguna reclamación justificada. Y que no se te ocurra pasar de dar propina, porque te perseguirán por la calle increpándote como si fueras un ladrón.

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