Opinión | Lo veo así

Empresariado alemán y español

Mientras que las más importantes empresas alemanas han hecho campaña entre sus trabajadores para intentar frenar el voto ultra en las próximas elecciones europeas en Alemania, los empresarios españoles se reunían en nuestro país con el ultra Javier Milei, presidente de Argentina

Santiago Abascal, líder de Vox, junto a Javier Milei, presidente de Argentina, en el acto 'Europa Viva 24'.

Santiago Abascal, líder de Vox, junto a Javier Milei, presidente de Argentina, en el acto 'Europa Viva 24'. / Rodrigo Jiménez / EFE

La Unión Europea se puso en marcha gracias a un grupo inicial formado por seis países. A lo largo de los años, veintidós países más se sumaron a ese grupo. Tras el abandono de la Unión por parte del Reino Unido, el 1 de febrero de 2020, la UE cuenta actualmente con veintisiete Estados miembros y veinticuatro lenguas oficiales. Y no debe de ser fácil que algo así camine, y camine bien, porque son diferentes idiomas, distintas formas de ver y de entender la vida también.

Realmente, son países distintos entre sí. Tan distintos que, mientras que las más importantes empresas alemanas han hecho campaña entre sus trabajadores para intentar frenar el voto ultra en las próximas elecciones europeas en Alemania, los empresarios españoles se reunían en nuestro país con el ultra Javier Milei, presidente de Argentina (en una visita no oficial), que ha venido a hacer un poco el ganso (su interpretación de un león en el mitin de Vox es bochornosa), ante el desconcierto de muchos ciudadanos que no alcanzan a entender ciertas cosas.

Sí, en Alemania, ante la admiración de muchos habitantes, de nosotros también, empresas como Allianz, Deutsche Bank, Siemens, Mercedes, Bayer, Volkswagen, BMW y hasta treinta grandes más, se han movilizado para lanzar juntos un mensaje contra el populismo, a la vez que se muestran a favor de la apertura y la diversidad porque, según han manifestado, son la base de la prosperidad alemana (y de la nuestra también).

Por ello, según detallan, quieren animar a sus casi dos millones de trabajadores a votar en las elecciones europeas y frenar el voto ultra, porque «los extremistas y racistas están dividiendo nuestra sociedad, dividiendo nuestro país, poniendo en peligro nuestra prosperidad». Afirmaciones del jefe de Siemens, Roland Busch, que habla de la extrema derecha con preocupación,:«Están poniendo en peligro lo que hemos construido», advierte, mientras que el jefe del Deutsche Bank, Christian Sewing, ha manifestado: «Necesitamos mucha más Europa. Tenemos que fortalecer aún más este mercado interior. Los populistas quieren exactamente lo contrario, pero la competitividad de Alemania y Europa se basa en mercados abiertos». «Las ideas de los populistas son puro veneno para la economía», añade Sewing.

Pues bien, casi a la vez que este posicionamiento contra el populismo de los grandes empresarios alemanes se hacía público en toda Europa que los empresarios españoles aparecían en una foto con ese gran populista que es el presidente de Argentina, Javier Milei.

Sí, el empresariado español (a su frente Antonio Garamendi, presidente de CEOE) se fotografiaba con el presidente de Argentina, Javier Milei, que, muy satisfecho con el encuentro (foto incluida), tachaba de ‘fabulosa’ la reunión que mantuvo con ellos.

Del fuerte histrionismo de este personaje nos da idea una publicación argentina que relata los mítines de Milei de esta guisa: «Batman y el Joker, un hombre disfrazado de león de cuerpo entero y otro cuya cabeza y brazos han sido sustituidos por motosierras. No es Carnaval, ni la Comic-Con, sino un estrafalario mitin de campaña del candidato presidencial argentino Javier Milei».

Efectivamente. Ese mismo señor que aglutina la atención del empresariado español, al que solo parece moverle el resultado inmediato de sus intereses sin pensar que, a veces, es más rentable prever el futuro. Porque tenemos la impresión de que Argentina tiene poco futuro con un personaje tan atrabiliario y tan desconcertante como este demagogo de motosierra en mano e imitación ridícula de león.

Suscríbete para seguir leyendo