Opinión | Noticias del Antropoceno

El problema de los tres cuerpos

Eiza González (Auggie Salazar) en 'El problema de los 3 cuerpos'.

Eiza González (Auggie Salazar) en 'El problema de los 3 cuerpos'. / NETFLIX

La ciencia ficción contemporánea adolece de una inflación de ficción en detrimento de la ciencia. Alguien dijo que no hay género literario que delate más cuando una obra ha sido escrita que la ciencia ficción. Los contenidos de los relatos siempre suelen reflejar la preocupación del momento, con una o dos décadas de perspectiva a lo sumo. Las películas de los años cincuenta se hacían eco de la preocupación por la bomba atómica. Por esos esas películas ingenuas (a nuestros ojos) que echaban los sábados por la tarde en el UHF trataban mayormente de cómo la Humanidad podría escapar del apocalipsis nuclear.

El que la ciencia ha dejado mucho protagonismo a la mera fantasía se demuestra por las innumerables versiones de viajes en el tiempo que produce la industria cinematográfica en los últimos tiempos y a un ritmo cada vez mayor. Y en cada nueva versión de la historia, la ciencia aparente, o los artilugios tecnológicos que permiten utilizarla, disminuyen en importancia y se obvia su explicación. Basta un efecto especial de tres al cuarto para intentar hacer creíble una distorsión espacio temporal que nos transporte a cualquier época que el perezoso guionista haya imaginado. En una de ellas la máquina del tiempo, sin ir más lejos, es un jacuzzi.

Por eso es reconfortante asistir al estreno en Netflix esta semana de una serie de ciencia ficción como la muy anticipada El problema de los 3 cuerpos, en el que la ciencia y los científicos tienen un papel decisivo y muy protagonista. Y es que El problema de los 3 cuerpos se refiere a un desafío formulado por Isaac Newton que da cuenta de la enorme dificultad de predecir los movimientos gravitatorios que se generan en un espacio que comparten tres cuerpos celestes (como son nuestro Sol, nuestra Luna y nuestro planeta). Los show runners de la serie fueron los responsables de Juego de Tronos, otra historia basada en un relato literario complejo lleno de personajes y giros inesperados de los diferentes arcos narrativos. 

Ya me tragado íntegra la primera temporada y mi diagnóstico es que está a la altura de las expectativas, aunque se nota la abigarrada narrativa y el escaso tiempo disponible para el desarrollo de los personajes protagonistas. Lo que más se nota de momento es el presupuesto para efectos especiales, y el propio desarrollo tecnológico de éstos. Me consejo es que no te pierdas la serie, sobre todo si te gusta la ficción con base.

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