Calores, perros y agricultores

Afición. Un amigo a mí: «De las cosas de la casa lo que más me gusta hacer es tender la ropa».

Cine y series. Estoy viendo la segunda temporada de la serie Los Enviados. La primera estaba ambientada en México y esta ocurre en España, en Galicia. Hay actores de ambos países. Los protagonistas son Miguel Ángel Silvestre y Luis Gerardo Méndez y hacen de curas que envía el Vaticano para investigar cosas extrañas que afectan a la religión, milagros, apariciones y todo eso. Es muy entretenida y los actores funcionan, quizás Silvestre esté un poco pasado de rosca en cuanto a interpretación, pero los guiones son buenos y está bien dirigida. También estoy viendo la película de Víctor Erice Cerrar los ojos, la que ha hecho después de más de treinta años de la última. Y digo que «la estoy viendo» porque no quiero terminarla. Estoy disfrutando de cada plano, de cada rostro que sale en pantalla y dice cosas. Una exhibición de cine, a mis cortas luces.

Quejas por todo. En el interior de un bar donde tres hombres protestan porque ya no pueden estar sentados en la calle. Han quitado las mesas que estaban en un aparcamiento de motos por lo de la pandemia. Uno de ellos dice: «Lo de Puigdemont viéndose con los rusos es lo único que nos faltaba para tenerle aún más simpatía al payo ese. Y lo de la derecha basando la campaña de las elecciones en Galicia en hablar de la amnistía también manda romana. Llega un momento en que no sabe uno a qué carta quedarse, ni quién lo está haciendo peor». «Pues anda que la Ayuso…», dice el otro, pero ya no lo oigo.

Opiniones. He recogido varios comentarios de gente sobre la ocupación del Puerto de la Cadena por los agricultores esta semana. Aquí les escribo algunos: «Mi cuñada tenía sesión de quimio en la Arrixaca, venía de San Javier y no la dejaron pasar. Estuvo seis horas esperando». «Tenía una cita médica, que me la dieron para cinco meses, y no pude llegar por los agricultores». «El autobús de Murcia a Cartagena tardó una hora y media en llegar porque tuvo que dar la vuelta saliendo por Beniaján y llegando hasta cerca del Mar Menor». Tengo algunas más ofensivas, sobre todo hacia el hombre ese de la secta que era el que convocaba, pero no las voy a escribir aquí porque algunas son escatológicas.

Cambio climático. El calor lo está cambiando todo. Los árboles frutales florecen a destiempo, la rutina de los peces, sus criaderos, sus viajes para desovar o para alimentarse en las mismas zonas desde hace siglos ya no se producen igual y todos los procesos de estos hábitats están encadenados y si falla algo puede ocurrir cualquier cosa. Con las aves está pasando lo mismo. La densidad de población de algunas especies ha bajado muchísimo, y los insectos polinizadores escasean más que nunca. El otro día vi una mariposa en mi terraza y me di cuenta de que hacía mucho tiempo que no veía ninguna. Y todavía hay quienes niegan el cambio climático y se oponen a medidas para proteger el medio ambiente.

Problema serio. Esta semana me han ‘jaqueado’ el móvil y me han armado una buena. Comenzaron a llamar algunos de mis contactos como si fuera yo tratando de engañarlos y quizás estafarlos. Menos mal que reaccionaron perfectamente y no ha pasado nada, pero me tuvieron que resetear el teléfono al completo, bloquear todo y demás problemas serios causados por este tema. Ya sé que son cosas que ahora están a la orden del día, pero supone una gran preocupación hasta que lo solucionas, por supuesto, por medio de esos seres llamados ‘informáticos’ que a mí me producen asombro por su capacidad para enfrentarse a algo tan desconocido para los demás habitantes del planeta. Y los hay buenísimos, y buenísimas, como la mujer que me arregló el mío. Gracias, Spider.

Paseo más corto. Una mujer mayor a su perro, en un jardín de Murcia ciudad, por la mañana: «Ya sé que te voy a dar un disgusto, pero hoy nos vamos a volver antes a casa porque mamá ha pasado mala noche con el riñón». Miro al perro a ver si le contesta algo, pero, no, no dice nada, aunque la mira con interés.

Arte. Hay una exposición muy, muy interesante en la Sala Verónicas, en Murcia. Es de Joan Fontcuberta. Si pueden, véanla. Ya me dirán.

Independiente. Ante la aprobación para que se extraiga el pecio fenicio que está en la costa de Mazarrón y se lleve al Museo Nacional de Arqueología Submarina de Cartagena para su restauración, el alcalde de Mazarrón ha declarado: «No somos una colonia de la Comunidad Autónoma ni del Estado para que ellos puedan decidir a nuestras espaldas sobre el futuro de nuestra joya arqueológica». Ahí lo tienen. Para que se vayan enterando los del Ministerio de Cultura y de la Consejería correspondiente. Por cierto, el Gobierno regional va a poner los 350.000 euros que va a costar la extracción. Al alcalde le ha faltado decir: «Y esto lo pago yo, ¿qué pasa?»

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