Noticias del Antropoceno

La guerra de los drones

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Si en la Primera Guerra Mundial se probaron por primera vez de forma masiva los carros de combate blindados, los mal llamados tanques, y la segunda fue la consagración de la aviación, con sus rápidos cazas y sus pesados bombarderos, la guerra de Ucrania está significando la consagración de un arma que muy pocos ejércitos se habían tomado en serio hasta ahora: los drones. 

Sabíamos de los ataques de precisión a objetivos concretos (básicamente terroristas individuales o pequeños grupos) por parte de los norteamericanos, lanzados de forma sistemática en la presidencia de Obama. Fueron y son una forma quirúrgica de enfrentar a los enemigos de Estados Unidos minimizando las bajas. Pero nadie preveía el uso masivo, y estratégicamente demoledor, de los drones por parte del ejército ucraniano, y también del ruso. Todavía nos movemos en lo que los estrategas denominan la ‘niebla de la guerra’, y es difícil extraer datos fiables y consecuencias definitivas, pero lo que ya aparece claro es que la eficacia de los drones está ralentizando de forma significativa los movimientos de tropas de ambos ejércitos. No pueden agruparse soldados de forma significativa sin llamar la atención de un operador de drones y han expulsado materialmente del Mar Negro occidental a la flota rusa, concretamente de su gran base histórica de Sebastopol. 

Tan eficaces están siendo los inesperados drones ucranianos contra la flota rusa que los analistas militares de la armada norteamericana han entrado en pánico considerando la escasa capacidad de defensa que tienen actualmente contra este tipo de artefactos lanzados por un hipotético enemigo. Ya sufrieron un ataque terrorista con una lancha motora en una de sus fragatas que causó varios muertos y un daño considerable en el casco. Ese peligro se multiplicaría por cien en el caso de ataques masivos con drones marinos.

También el desarrollo de drones de elevada autonomía está permitiendo a los ucranianos bombardear la red de refinerías rusas que bordea sus fronteras, interrumpiendo parcialmente sus operaciones e interfiriendo seriamente en el suministro de combustible a los carros rusos. Los ucranianos, que están luchando valientemente contra el invasor, están dispuestos a crear su propia industria de drones para abastecer después de esta guerra a sus aliados de la OTAN, que los demandarán en alto número. Se merecen conseguirlo. 

Suscríbete para seguir leyendo