Nos queda la palabra

Poesía Pura

Julián García Valencia

Julián García Valencia

Estamos tan necesitados de poesía que el hermoso paseo que, con el Mar Menor de fondo, compartieron la ministra Teresa y nuestro presidente Fernando, nos llegó muy hondo, tanto como la profundidad de los males del principal de nuestros mares.

El magnífico ‘travelling’ de los dos, muy juntos y reconciliándose para, tras los múltiples desplantes y actos de desamor, empezar de cero nos remueve el corazón. «Y quiero que todo vuelva a empezar / que todo vuelva a girar / que todo venga de cero… Y ahora toca entender / qué hacer con tanto daño», canta Danny Marín mientras escribo estas líneas. Me derrito.

En la Región de Murcia nos sentíamos muy solos tras cometer todo tipo de tropelías, y bien está que nos abran los brazos para que el horizonte se mantenga azul. Afortunadamente, nuestra ministra no le dijo, o quizá sí, al oído «tú nunca me has querido, ya lo sé», del ínclito Julio.

Al arrullo de las olas, Fernando, seguro, le susurró otra cancioncilla de ‘El Catedrales’: «Quiero enseñarte un camino en el mar / Un lugar donde nadie ha podido llegar / Donde el viento es amigo / La brisa un suspiro».

Así que pelillos a la mar, los mismos que el juguetón aire nos deja en una postal tantas veces anhelada.

Ahora es el momento de cultivar la relación. A ser posible, con agricultura ecológica, libre de nitratos, que nos permita obtener los mejores frutos. Un renacer primaveral, por no decir resurrección, de una laguna única por su valor medioambiental, olvido y daño que le hemos causado.

Cicatrizar las heridas superficiales ha sido el primer paso de ese largo caminar. Toca operar, ir a la raíz de la descomposición de lo que une a la pareja, que necesariamente debe ser abierta a científicos de prestigio, no de pago. Y, por último, largo me lo fías, volver a disfrutar del tesoro, fuente de inspiración y vida. Hasta que el agua borre el indeleble SOS Mar Menor sobre la arena.

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