360 grados

El gran capital apuesta por Nikki Haley para frenar a Trump

Se trata de parar a Trump, de quien se teme no solo sus inclinaciones autocráticas y su afán de venganza de quienes intentan ahora obstaculizar por todos los medios su carrera hacia la Casa Blanca, sino también su tendencia a llegar a acuerdos con «dictadores» como Putin.

La Exembajadora de los Estados Unidos, Nikke Haley

La Exembajadora de los Estados Unidos, Nikke Haley / Adam Glanzman

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

En vista de la caída en los sondeos de intención de voto del demócrata Joe Biden, que ha dejado de ser un rival serio para Donald Trump, el gran capital de EE.UU. parece recurrir a una hábil estrategia.  Consiste en apostar por la exembajadora norteamericana ante la ONU bajo la presidencia de Trump y ahora rival de éste en la carrera hacia la Casa Blanca, la republicana Nikke Haley. El gran escritor estadounidense Gore Vidal ya escribió en su día que en su país había en realidad un solo partido con dos alas: la republicana y la demócrata, sin que él viese grandes diferencias entre ellas.

En EE.UU., habría que añadir, el partido que está siempre en la Casa Blanca, es el del dinero, y da casi igual que sea republicano o demócrata.

Y ese partido, que apostó la última vez mayoritariamente por Biden, desconfía ya de que éste vaya a poder repetir en la Casa Blanca, dada la fuerte popularidad de Trump pese a sus problemas con la Justicia y la hostilidad de los grandes medios de comunicación, como demuestra su espectacular triunfo en el caucus de Iowa. 

Pero, a diferencia de Trump, su correligionaria Haley parece dispuesta, a juzgar por sus declaraciones, a seguir la política intervencionista de Biden, y eso es lo que sobre todo importa, entre otros, al poderoso e influyente complejo militar-industrial del país.

Haley puede ser republicana, pero, frente al aislacionista Trump, defiende una política de fortalecimiento de la Alianza Atlántica y de enfrentamiento con Rusia y el resto de enemigos de «la nación indispensable».

El senador «libertario» Rand Paul dice que Haley pertenece al ala más belicista del Partido Republicano y que estaría dispuesta a «bombardear Teherán mañana» mientras que el también candidato a la Casa Blanca Vivek Ramaswamy ha llegado a llamarla «fascista».

Pero sus fuertes posiciones en política exterior, más allá del partido en que milita, es lo que importa a quienes tan generosamente engrasan con su dinero las campañas electorales de republicanos y demócratas.

Y también a los grandes medios de comunicación estadounidenses que, si hasta ahora han apoyado inequívocamente a Biden, ocultando incluso la supuesta corrupción de su familia, dan cada vez más cancha a Haley.

Se trata de parar a Trump, de quien se teme no solo sus inclinaciones autocráticas y su afán de venganza de quienes intentan ahora obstaculizar por todos los medios su carrera hacia la Casa Blanca, sino también su tendencia a llegar a acuerdos con «dictadores» como Putin.

Trump ha prometido, por ejemplo, que si llega otra vez a la presidencia, acabará en un día con la guerra de Ucrania, lo que puede ser una bravuconada, pero no deja de inquietar a los neocons y sobre todo a la industria armamentista, que tanto se lucra con los interminables conflictos. 

Es significativo que en los últimos eventos de recaudación de fondos para la campaña de Haley se haya visto al presidente del mayor fondo de inversiones del mundo, BlackRock, o a directivos de grandes bancos como Goldman Sachs o de JPMorgan.

Algunos de esos plutócratas apostaron antes por el Partido Demócrata, pero la consigna ahora parece ser hacerlo por la republicana Haley en el convencimiento de que seguirá la misma política exterior que el cada vez más debilitado Biden

Pero si hay algo que, aparte de sus posiciones extremas en política exterior, inquieta a sus críticos, como los citados Paul y Ramaswamy, es su propuesta de acabar con el anonimato en las redes sociales, que consideran un atentado a la privacidad, por más que se disfrace de intento de acabar con la desinformación de Rusia, China o Irán.

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