Lo veo así

Los jueces, los políticos, lo indecente

Una súplica a todos los políticos: ¿podrían dejar de intentar utilizar a la justicia? Si muestran esta falta de respeto ¿qué esperan que piensen los ciudadanos?

Laura Borrás, ex presidenta del Parlamento de Cataluña

Laura Borrás, ex presidenta del Parlamento de Cataluña / Quique García / EFE

Pity Alarcón

Pity Alarcón

Míriam Nogueras, la portavoz de Junts en el Congreso (ya es costumbre que la señora Nogueras descalifique a todo ‘español viviente’) llamó ‘indecentes’ a los jueces Marchena, Llarena, Lesmes y Lamela, asegurando que «deben ser juzgados». Pero no solo señaló, con nombres y apellidos, a magistrados del Supremo, la Audiencia Nacional y el Constitucional, a los que acusa de ‘lawfare’. No, es que, en un ejercicio de absoluto espíritu inquisidor, señaló también a mandos de la Guardia Civil y periodistas.

Pero eso no se ha quedado ahí. La cosa ha continuado por el mismo camino en el mundo independentista catalán, porque la condenada por falsedad y prevaricación, Laura Borrás, aparecía en un medio de comunicación para decir que considera que la portavoz de su formación en el Congreso, Míriam Nogueras, «se quedó corta» citando solo a varios jueces que, en su opinión, son ‘indecentes’ porque, asegura: «por desgracia, la lista es muy, muy larga»: hay muchos más jueces ‘indecentes’.

Señora Borrás, lo que es indecente es que un golpista (su jefe) que intentó subvertir la Constitución Española, proclamando la República Catalana, sea incapaz de enfrentarse a sus responsabilidades y salga huyendo al extranjero en el maletero de un coche (una manera tan indecorosa de hacerlo que se acercaría más a como lo haría un facineroso que un muy Honorable President de la Generalitat de Catalunya).

Lo que es indecente, señora Borrás, es que alguien que ocupa un puesto de responsabilidad (usted), se aproveche del mismo para beneficiar económicamente a sus amigos, saltándose todas las normas de control, como hizo usted, sí, cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes, por lo que fue condenada a 4 años y medio de cárcel, 13 de inhabilitación y al pago de una multa de 36.000 euros por falsedad en documento oficial y prevaricación administrativa.

Lo que es muy indecente, señora Borrás (podemos buscar sinónimos como indecoroso, obsceno, impúdico, inmoral…), es que personajes como usted, que tuvo que pasar por el deshonor de ser suspendida como presidenta del Parlament, por su tendencia a saltarse las leyes, continúe siendo considerada líder de Junts per Catalunya y siga visitando algunos medios de comunicación que le prestan generoso cobijo para hablar desahogadamente de los jueces. Esos que le permiten a usted pasear por las calles, cuando por la extensión de la condena que le pusieron, debería estar reflexionando en alguna de las cárceles que hay en Cataluña.

Lo que es indecente, señora Borrás, es que tras el último informe PISA, que pone de relieve el desplome de los conocimientos de los alumnos catalanes de 4º ESO en matemáticas, ciencias y comprensión lectora, el departamento de la consellera de Educació, Anna Simó, achacara el tremendo fracaso a una ‘sobrerepresentación’ de alumno inmigrante. Absolutamente vergonzoso e indecente, sí, muy indecente, porque, por lo que se ve, el tiempo no ha pasado desde que expresidents como Jordi Pujol y Quim Torra dejaran escritos, para su propia vergüenza, donde vertían su xenofobia hacia los charnegos. Escritos de hace años que, tristemente, parecen vigentes.

Pero lo que son las cosas, un extremeño, (suponemos que no independentista), como José Antonio Monago, senador por el PP, también se permitió acusar de haber ejercido la ‘guerra legal’ (o lawfare) al juez De Prada, que llevó el caso Gurtel, porque, según este señor, «introdujo un párrafo en la sentencia de la Gürtel que provocó la caída del Gobierno de Rajoy y que finalmente, esa frase de marras, fue sacada por el Tribunal Supremo de ese auto». Señor Monago: esto, también es indecente. Y una súplica a todos los políticos: ¿podrían dejar de intentar utilizar a la justicia? Si muestran esta falta de respeto ¿qué esperan que piensen los ciudadanos?

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