CRÓNICAS DE TITIRIMURCIA

España va bien

Antonio López

Antonio López

Hace ya unos cuantos años, el que fuera presidente del gobierno español acuñó esta frase y cada vez que le hacían alguna pregunta incómoda la soltaba con cierto tono irónico. Realmente durante su mandato la cosa mejoró ostensiblemente para los ciudadanos, claro que teniendo en cuenta el estado en quedó el país después de las tres legislaturas de Felipe González cualquier cosa hubiera sido mucho mejor, aún estamos pagando la deuda de los dos billones de pesetas que le metió a España con la Expo, las olimpiadas y tantos y tantos casos de corrupción que todavía me parece estar viendo al ‘Fali’ repartiendo maletines de un ministerio a otro, a Juan Guerra en su despacho negociando concesiones e incluso a Luis Roldán celebrando su nombramiento de Director General de la Guardia Civil en las páginas de Interviú rodeado de putas en cueros brindando con champán del caro a cuenta de los fondos reservados. Todo un espectáculo y un modelo a seguir para futuras generaciones de gobernantes.

El otro día escuchaba las declaraciones de Felipe González y su compadre Alfonso Guerra sobre los pactos de su homónimo, Pedro Sánchez, con etarras y catalanistas. Realmente me quedé alucinado, ¡cómo hemos cambiado! El Felipe de ahora es un señor importante y acaudalado que pasa largas épocas en paraísos caribeños y entre mojito y mojito se permite el lujo de darnos a todos lecciones de ética y moral, el otro tres cuartos de lo mismo, no sé de qué vive pero vive bien y en sus ratos libres sigue la doctrina del que fue su mentor en otros tiempos y vierte el veneno de su afilada lengua bífida contra su camarada de partido «perro Sánchez» y sus negocios políticos.

Qué pronto se han olvidado de que fueron ellos los que instalaron la corrupción en la democracia española, y bien que lo pagamos todos y lo que nos queda por pagar. Lo de ahora es otra historia, la política ha cambiado radicalmente, a falta de mayorías absolutas, como las que disfrutaron el binomio González-Guerra, los mismos perros con nuevos collares, no tienen otro remedio que pactar con quien haga falta por seguir viviendo del cuento y seguir disfrutando del sillón y del Falcon, si para eso tuviesen que vender a su madre la venderían y por poco dinero como si fuera un burro de los tiempos en que había burros.

Me preocupa seriamente que la gente esté más pendiente de los tratos que hacen unos cuantos políticos, para ver quién se queda los sillones, que de la situación en la que nos han colocado estos mamarrachos. La deuda española sigue siendo de dos billones, como la otra vez, pero ahora es de euros, nuestro poder adquisitivo está en la mitad de hace diez años, de los derechos constitucionales ni vamos a hablar y de la presión fiscal ustedes sabrán cómo llegan a fin de mes.

Si el socialismo es igualdad y libertad, Sánchez no lo debe saber y sus acólitos, sean del partido que sean, tampoco, la prueba es cómo viven ellos y cómo vivimos los demás, los que trabajamos todos los días, y si las comparaciones son odiosas, ésta es inmoral y seguro que ilegal.

Estamos condenados a una vida de miseria por unos padres de la patria que no van a parar hasta acabar con ella, en poco tiempo me veo como en Venezuela, haciendo cola para comprar una docena de huevos por la mitad del salario de un mes, eso sí, Sánchez seguirá viajando en el Falcon, y si no es él, será Susana Díaz o el mismo Feijóo.

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