Tribuna Libre

¿Está justificada la mutilación severa de la morera?

La poda mínima no es un sueño, pues se lleva a cabo en muchas ciudades europeas y españolas concienciadas, y en Murcia, en algunos lugares de gestión pública, ha comenzado a hacerse, y los ciudadanos disfrutan de la sombra de sus copas todo lo que la naturaleza le permite

Fotografía de Dreamstime.

Fotografía de Dreamstime.

Paloma Ferrer

El sábado pasado escribí en esta misma sección el artículo Mutilación de las moreras antes de tiempo, donde argumentaba como esta técnica, que se hace por interés del hombre, se ejecuta en Murcia antes de tiempo y las consecuencias para el árbol, el ciudadano y la ciudad.

Ese artículo se quedaba corto si no abarcaba dos importantes aspectos de esta práctica de agrojardinería en la morera: los tipos de poda de la morera, que resumo para este artículo en sencilla o severa, y el porqué no deja de hacerse la poda severa en Murcia.

Comentar previamente que la poda, una técnica original de la agricultura, se utiliza para conseguir mejor producción en frutales, eliminando las ramas menos productivas y aquellas que no permiten que entre más luz y aire para favorecer el crecimiento de flores y frutos. Esta técnica se extrapoló a la jardinería, principalmente para conseguir formas deseadas en árboles y arbustos.

La poda que habitualmente vemos en Murcia es una poda severa, mediante la cual se dejan al árbol 3 o 4 ramas principales, sin ramas secundarias y sin hojas. Es una poda que, opino, debería dejarse de ejecutar. 

¿Cuál es el objetivo de la poda severa de la morera en Murcia? Pensando en la mejor de las opciones, podría decirse que se quiere dirigir la forma de la copa para alcanzar mayor altura (por deseo estético del hombre), para lo cual no hace falta dar una poda tan drástica. O como decía en mi anterior artículo: al unirse esta práctica con su ejecución antes de tiempo, hay un ahorro de trabajo en la recogida de hojas durante varios días por el personal de jardinería.

Actualmente en Murcia hay algunos espacios donde el ayuntamiento sí ejecuta una poda sencilla (eliminan pocas ramas), menos agresiva y más coherente. Lo vemos en tres casos; si la copa se introduce en la carretera, en cuyo caso se podan las ramas inferiores a los 4m; para que pasen los camiones, cuando se cortan muy pocas ramas escogidas y de pequeño diámetro para dirigir la copa o la fructificación; o cuando las moreras están plantadas -por mal diseño- muy cerca entre ellas o cerca de edificios, contra los que chocan sus ramas. Otro caso justificado de poda son ramas que se hayan quebrado o haya peligro de ello.

Les invito a reflexionar sobre qué pasaría si la poda severa de la morera que se hace en Murcia dejase de hacerse. Tendríamos árboles con copas mucho más densas de follaje, lo que significa más verde y sombra para una ciudad que se asfixia en primavera-verano. Mayor humedad, que ayuda a disminuir la sensación de calor. Árboles más sanos y menos gasto en fitosanitarios. Cobijo para pájaros, potenciando la biodiversidad. Mayor producción de oxígeno y mejor calidad del aire. Mayor captura de carbono y disminución de la huella de carbono. También favorecería el bienestar psíquico del ciudadano (el verde desestresa). Tendríamos evidencia de que hay estaciones al ver las hojas de los árboles cambiar de color y caerse. Disfrutaríamos de pisar las hojas cuando paseamos, y nuestros hijos conocerían el otoño en la ciudad, y no solo en los libros. Tendríamos una ciudad más moderna, donde se busca la naturalidad perdida, lo cual nos aporta salud y nos reconcilia con la naturaleza.

Por todo ello, dado que la morera se planta en Murcia para dar sombra, creo que lo coherente es aprovechar todos los beneficios del desarrollo natural de la copa, y el trabajo de recogida de hojas está más que compensado con todos los beneficios obtenidos; medioambientales, de sostenibilidad, de paisaje urbano, educacionales, salud para los árboles y los ciudadanos, etc.

Termino diciendo que la ‘no poda’, o poda mínima, no es un sueño. Esta práctica ya se hace coherentemente en muchas ciudades europeas y españolas concienciadas, y en Murcia, en algunos lugares de gestión pública, como la avenida del Río Segura, ha comenzado a hacerse, y los ciudadanos disfrutan de la sombra de sus copas todo lo que la naturaleza le permite.

Esto es posible, ya se hace y se disfruta en nuestra ciudad, solo falta conciencia y voluntad para generalizarlo a todas las zonas verdes.

Suscríbete para seguir leyendo