Premio Cervantes

El verdadero mejor amigo de todo el mundo

Luis Mateo Díez es un individuo fuera de serie al que puedes ver riendo por fuera cuando, por dentro, la vida lo reclama para la soledad o el llanto

Luis Mateo Díez, Premio Cervantes 2023, en una foto de 2014 con uno de sus libros.

Luis Mateo Díez, Premio Cervantes 2023, en una foto de 2014 con uno de sus libros. / EFE

Juan Cruz

Juan Cruz

Tomemos unas cuantas muestras para explicar por qué el último ganador del Premio Cervantes se merece también el galardón del enunciado que lo proclama como el verdadero mejor amigo de todo el mundo.

Hace una semana introdujo, con compañeros de la Academia, la figura de Azorín entre escépticos con respecto al de Monóvar. Salieron todos de allí como si él hubiera jugado con el viejo león a las canicas en las playas del Mediterráneo. Alguien le dijo: "¿No te has pasado, Mateo?" Arreglando su barba blanca, que fue negra, el escritor de León miró hacia abajo y dijo: “Es que sin él no habría prosa”.

Tres días más tarde lo vimos en el Instituto Cervantes explicando la literatura de su amigo, de su gran amigo, Manuel Longares. Quien estaba a su lado se asombró al ver que, al contrario que el resto de la fila, él sólo llevaba como un papel de fumar del que fue extrayendo dos o tres palabras para un parlamento de veinte minutos.

De nuevo, remojando la barba en la mano explicaba la figura impar de Longares como si lo hubiera visto nacer para la literatura pero sintiera que, sin él, no hubiera entendido sus propios libros.

Muchos años antes un amigo le pidió a José María Merino, un cuate mayor, que lo acompañara a aliviar a Mateo de algunos males que le acaecieron a éste. Al ver que era Merino el que en ese momento necesitaba de los otros, entre Mateo y la compañía terminaron dándole ideas para un trabajo que el coruñés pintó de manera perfecta: su antología del cuento español del siglo XX.

Una persona extraordinaria, un escritor para todas las estaciones, un individuo fuera de serie al que puedes ver riendo por fuera cuando, por dentro, la vida lo reclama para la soledad o el llanto. Y, sin embargo, es el verdadero amigo de todo el mundo. Una vez me contó que de chico quiso asesinar a Franco. Probablemente esa tendencia fue la última de una maldad que ya solo tuvieron, de entonces en adelante, los personajes de novelas como Camino de perdición.

Mateo, qué buen Cervantes. Qué buen amigo de todo el mundo. Cuánta alegría debe haber hoy en el mundo con el cual se ríe.