Aire, más aire

No sin mi dentadura

Miguel López-Guzmán

Miguel López-Guzmán

Desde hace un tiempo se prodigan en televisión los anuncios de pegamentos para dentaduras postizas. Un tema de relativa importancia para quienes tienen la suerte de no tener que usarla.

Siempre se ha dicho que quien no padece de los dolores de oídos, padece de dolores de muelas, sobre todo en verano. Se dice que las muelas, las dentaduras, en definitiva, se revolucionan con los calores estivales.

Los avances en la odontología son notables, sobre todo a lo que a implantes se refiere, aunque existan casos extremos como el de un amigo al que le implantaron unas muelas de una talla tan enorme que no le cabe la comida en la boca. Fundas estéticas, dentaduras prístinas, sonrisas Profidén, las vemos todos los días entre quienes tienen una imagen pública: presentadores de televisión, actores, políticos, cantantes lucen sonrisas abiertas sin ninguna mella o caries que los delate. En el cine de los años cuarenta y cincuenta podemos comparar las dentaduras de antaño con las actuales. Piezas separadas, revueltas, color amarillento en los dientes e incluso la falta de alguna pieza si se trataba del malvado de la película.

Con el paso de los años las encías se contraen y se produce la pérdida de piezas dentales o se pierden todas, lo que en la mayoría de los casos, y por precio, se requiere el uso de la dentadura postiza. Recuerdo a un vecino, subiendo en el ascensor, que parecía chupar un caramelo imperecedero. Craso error, ya que era la dentadura, que se le movía. Otro señor, por el contrario, se quejaba de que su dentadura era demasiado grande, como la de un burro, decía él, dando lugar a que la llevara en la mano.

El verano es una excelente estación para los usuarios de las dentaduras postizas debido al tipo de alimentos blandos: gazpachos, ensaladas, pescados y tal. No así el mes de diciembre con un alto consumo de turrones, hueva y almendras, peladillas y aves de excesiva dureza.

Muy lejos quedan aquellas viñetas de los tebeos en las que algunos personajes se extraían las muelas con una cuerda atada a la puerta, esperando que alguien la abriera y así solucionar el doloroso problema dental.

Prefiero hablar de las muelas a hacerlo de política, la cual me produce terribles dolores de cabeza y ansiedad.

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