Los calores

La cuesta abajo

Imagen generada con Midjourney, programa de Inteligencia Artificial.

Imagen generada con Midjourney, programa de Inteligencia Artificial. / Enrique Olcina

Enrique Olcina

Enrique Olcina

Los monstruos y los problemas que se quedaron descansando comienzan a tener un sueño inquieto. Los han despertado los fuegos artificiales que viste, con los pies hundidos en la arena, con las esparteñas frescas de verano, a la luz de las bombillas de la verbena, con la camisa hawaiana con la que sólo te atreves en verano, aunque cada vez es más verano. 

Están esperando ahí, como los calcetines rebeldes que evitan que cierres el cajón porque no los has ordenado y que tampoco sabes porqué te los has llevado, porque has fallado miserablemente en tu propósito de salir a correr todas las mañanas.

Los cohetes de la verbena te llevan a la cima, al cénit, al perihelio. En la altura del estallido de la traca final puedes contemplar los breves días que quedan. Parecen cortos. Solo porque quedan menos, pero tienen las mismas horas que los otros. 

Todavía puedes salir a correr, todavía puedes ver amigos, todavía puedes leer bajo un pino, o en la playa, o al lado de la piscina y apurar al máximo lo que queda, tú que aún puedes, lo puedes hacer por ti y por todos tus compañeros.

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