El blog del funcionario

Servicios Públicos: se defienden o se venden, pero jamás se abandonan

Los servicios públicos, o se privatizan o se refuerzan. Se apuesta por una gestión pública o por ponerlos en manos de la gestión privada. Lo que jamás votamos los murcianos y murcianas es abandonarlos a su suerte

Miguel H. Valverde

Miguel H. Valverde

La sanidad, los servicios sociales y la educación pública, junto al actual sistema público de pensiones, configuran los cuatro ejes fundamentales de los servicios públicos, esos mismos que nos hacen más iguales y solidarios, los que gracias a ellos, cientos de miles de personas han podido ascender en el escalón social, laboral y económico, y si no hubieran existido, difícilmente mucha gente podría haber estudiado o, simplemente, afrontar una grave enfermedad.

La Región de Murcia ha vuelto a elegir mayoritariamente, y por enésima vez, a quienes consideran que la mejor gestión de dichos servicios públicos se presta desde el ámbito privado, incluso siguen teniendo un gran número de adeptos y seguidores los partidos que abogan por desmantelar el actual sistema público de pensiones. Aunque, quizás, la pregunta que deberían hacerse algunos es si son capaces de trasladar a la sociedad murciana la importancia de tener unos servicios públicos fuertes y con músculo, no llenos de grasas y habitaciones semivacías. Y es exactamente lo que está pasando, desde hace demasiado tiempo. Las competencias de la Consejería de Hacienda están en manos del superconsejero y portavoz del gobierno, Marcos Ortuño, y los segundos escalones en materia de personal siguen vacíos, y, por lo tanto, nadie quiere tomar decisiones de calado.

Pasa el tiempo y seguimos huérfanos de políticas públicas en materia de personal, a pesar de algunos análisis y estudios sobre la necesidad de renovar la administración, afrontar un cambio de ciclo desde un nuevo marco jurídico, y cambiar nuestro modelo de prestación de servicios desde la raíz.

Seguir de brazos cruzados, con encefalograma plano, sin afrontar los problemas del personal temporal, con modelos de accesos donde hasta los economistas llevan las de perder frente a los jurídicos, con un desmantelamiento lento pero imparable de los servicios sociales, con un modelo educativo público que sigue haciendo aguas, y una sanidad pública que requiere más que nunca un gran pacto regional, con una Escuela de Función Pública que necesita urgentemente redimensionar sus funciones y competencias, es seguir poniendo la alfombra roja a la externalización, y si no, que se lo pregunten, por ejemplo, a Medio Ambiente, la mayor prueba de que el algodón no engaña.

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