La balanza móvil

Francia y sus revoluciones

Hoy, día de la Fiesta Nacional en Francia, se conmemora que hace 234 años la fortaleza que protegía por el lado este de París, La Bastilla, fuera tomada por el pueblo, acabando con la monarquía francesa, por culpa de los despilfarros del rey Luis XVI y su esposa María Antonieta, a pesar de la destitución del ministro de Finanzas. Se inició así su primera gran revolución que llegó a toda Europa, marcando un antes y un después hasta en Rusia.

En 1848, también los franceses le pusieron las peras a cuartos al copríncipe de Andorra, el rey Luis Felipe I, que destronado dio paso a la Segunda República francesa. Pero la más sonada fue la siguiente, conocida como el mayo francés en el año 1968, donde los estudiantes, principalmente universitarios, se levantaron contra la sociedad de consumo, del capitalismo, y del imperialismo autoritario, para cargarse las organizaciones políticas y sociales de la época. Su éxito fue también indudable. La televisión y la radio la apoyaron y hasta se interrumpió el festival de cine de Cannes. En 1968, nuevamente, las revueltas callejeras llegaron como consecuencia de los criterios que se pretendían adoptar para la selección universitaria. Su éxito fue la derogación de esa ley. En 2018, los famosos ‘chalecos amarillos’, salieron a la calle por el impuesto de la gasolina y el diésel. En 2019-20, las pensiones y la subida de la edad de jubilación (inferior en cualquier caso a la nuestra) volvió a incendiar los ánimos, las urbes y las calles francesas.

Hoy, Francia está pasando también por una auténtica revolución. Desde luego, no con las dimensiones de entonces, pero sí con desórdenes públicos muy peligrosos. La muerte de un menor de 17 años, en Nanterre, de forma, al parecer, nada ortodoxa, sino más bien alevosa, llevó nuevamente a los revolucionarios a los Campos Elíseos, protagonizando constantes quemas y saqueos, a pesar de que la propia abuela de la víctima ha pedido que cesen las revueltas. La pregunta es si esta última revolución a la francesa servirá también, como las anteriores, para dar un giro a la vida social y política de un país que tiene todos esos antecedentes cruentos en su historia. Macron -que fue votado no por sí mismo, sino por no votar a Le Pen- lleva una temporada que más le vale ir a rezar al Sacre Coeur si quiere seguir al frente del país vecino, o de lo contrario se tendrá que hacer un retrato en Montmartre, que le sirva de despedida y recuerdo, para colgarlo en el palacio del Elíseo. Aunque como no hay mal que por bien no venga, ya no podrá influir en Mbappé para que no se largue del París Sant Germain, que es lo que le quedaba para tocar fondo a este club, tras la marcha de Sergio Ramos, de Messi, y la llegada de Luis Enrique. Pero eso es otra revolución que nada tiene que ver con las anteriores. No obstante, visto lo que mueve el fútbol de dinero, pasiones y sentimientos, no estaría yo tan seguro de que no se organizara una octava revolución a la francesa contra los gerifaltes millonarios, encabezados por Al Khelaïfi, si este año vuelven a fracasar en la Champions League. Les recomiendo que aprendan a fichar como el Barcelona, que a pesar de estar económicamente, dicen que en la bancarrota casi, no sé sabe cómo se las arregla para fichar mejor que el Madrid en la última temporada, proclamándose campeones de nuestra liga de fútbol. Y encima, con lo que le puede caer con el caso Negreira, que ya le han dicho que de acusar nada, pues, en principio, es parte de la investigación judicial, y puede ser que sea autor, cómplice, o responsable civil subsidiario, como acaba de sentenciar el Tribunal Supremo sobre un ayuntamiento sevillano. En este caso, por no establecer las condiciones de seguridad en el trabajo. Puede, también, que al final no llegue a nada y sea también una víctima de los pagos efectuados a un mandamás de los árbitros, aunque tendrá que explicar para qué. Eso, lo sabremos antes de que una nueva revolución francesa llegue a nuestras vidas. Mientras tanto, que disfruten de este día y del Tour más importante del ciclismo mundial.

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