La Feliz Gobernación

Manos tendidas al aire

El 7 de septiembre es la fecha fatal. Si se llega a ella sin un acuerdo de Gobierno, sea cual sea, habrá repetición electoral. Los pelos de punta. Que nadie se engañe: esto no es ni un teatrillo ni un paripé.

Manos tendidas en el tendedero

Manos tendidas en el tendedero / Miguel López-Guzmán

Ángel Montiel

Ángel Montiel

La segunda temporada de las series de televisión se suele iniciar con un largo resumen de la anterior, para evitar el cual la plataforma correspondiente te facilita un recurso: pulsar con el mando en el globo «omitir introducción». La segunda vuelta del debate de investidura, celebrada en la mañana de ayer, no permitía este aligeramiento, a pesar de que todo era un déjà vu. Dale, Perico, al torno. Menos mal que el reglamento exigía intervenciones sintéticas y prohibía las réplicas.

Vox insistió en que el no es no. Ninguna novedad. El presidente en funciones, Fernando López Miras, ya había advertido la semana pasada a los consejeros de su Gobierno, antes de la celebración de la primera sesión parlamentaria, que se prepararan para una larga provisionalidad. Que la investidura resultaría fallida, salvo milagro o capricho, estaba previsto de antemano. Todo queda a expensas del resultado electoral del próximo 23J.

Ni la entrevista del pasado sábado entre López Miras y Antelo ni la llamada del domingo del portavoz popular, Segado, al líder regional de Vox sirvieron para acercar posiciones. Patada p’alante.

Pero, mientras tanto, el enquistamiento en las posiciones se ha ido agravando, lejos de que las cosas queden en suspenso. Ayer, en una sesión que se suponía de mero trámite, Antelo sacó a relucir el programa máximo: derogación o reforma de la Ley del Mar Menor como punto inicial del acuerdo programático común y, negro sobre blanco, expuso por primera vez el reclamo sobre sus condiciones para la cogobernación, un concepto que la otra parte ni considera: una vicepresidencia y dos consejerías, sin especificar cuáles, aunque se supone. Es decir, la sesión de ayer, que podría haber sido de capotazos, incorporó aún más leña al fuego de una hoguera que ya está que arde. Si hasta ahora el PP se negaba a que Vox entrara al Gobierno, desde ayer también se ha puesto complicado el pacto programático, que era la alternativa, pues López Miras, por boca de su portavoz, Segado, advirtió que en el Mar Menor no daría un paso atrás: ni derogación, ni reforma ni retoque ni nada de nada. Esto no es el primer asalto de lo de Extremadura, pero se le va pareciendo. Será complicado retroceder unos cuantos palmos, desde una u otra parte, en una situación que no sólo estaba ya inamovible, sino que a cada paso adquiere más elementos retadores.

Los populares intentan advertir a Vox de que su inversión política en este proceso les perjudicará electoralmente, pero los abascales manejan su propia lógica. No tenemos mucho que perder, dicen: estamos fuera de la dirección de la Asamblea y también del Gobierno, ¿qué más nos puede pasar? Y reflexionan: si no alcanzamos una representación proporcional nuestro electorado percibirá que no somos útiles. Además, prevén que las actuales acusaciones por su actitud de bloqueo se repetirán una y otra vez a lo largo de la legislatura cada vez que se opongan a votar a favor del PP. Vox necesita oxígeno, y ayer López Miras no les dio ni agua, pues no llevó a la tribuna novedad alguna sobre su posición anterior. En cambio, Antelo presentó un papel para el pacto y dibujó la cuota que exige en el Gobierno. Pero con la consecuencia de extremar aún más las distancias. Lo insólito es que estas propuestas se hagan al estilo de lo tomas o lo dejas, en vez de venir perfiladas desde una mesa de negociación que parece imposible de componer, pues la condición de Vox consiste en hablar sobre lo que el PP no quiere ni hablar. Diálogo de sordos.

El 7 de septiembre es la fecha fatal. Si se llega a ella sin un acuerdo de Gobierno, sea cual sea, habrá repetición de elecciones. Los pelos de punta. Que nadie se engañe: esto no es ni un teatrillo ni un paripé. Al día de hoy, una nuevas elecciones están siendo contempladas en la hoja de ruta de la política regional. Truco o trato. Y las posiciones están cada vez más encrespadas. La única esperanza es que el 23J alivie la tensión, pero también puede enervarla.

Todos dicen estar con la mano tendida, pero tendida en el tendedero.

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