Pasado de rosca

Periódicos como este

Bernar Freiría

Bernar Freiría

El hecho de que este periódico haya cumplido 35 años saliendo todos los días a su cita con los lectores es un buen motivo para reflexionar sobre el papel que desempeña la prensa en general en la sociedad actual y el de este diario en particular en la sociedad murciana. Lo haré desde la posición en cierto sentido privilegiada desde ambos lados: como lector que a la vez oficia de escribidor.

Las dos tareas básicas de la prensa son informar y dar claves para interpretar la información. En estos tiempos en los que todo se intenta cuantificar y se establecen tantos rankings para todo, yo ofrecería un importante criterio para medir la calidad democrática de un país: la existencia real de una prensa libre, independiente, veraz y pluralista.

La prensa es libre cuando no se puede perseguir un medio de comunicación ni a un periodista por nada que haya dicho o escrito, siempre que respete los límites establecidos por el código penal para la calumnia o la difamación y los principios que consagre la constitución del país en el que se publica. La prensa es independiente cuando no sigue los dictados de ningún poder ni pretende ponerse a su servicio de ninguna manera.

La prensa es veraz cuando todo lo que publica está debidamente contrastado y verificado de modo que nada de lo que comunique sea falaz o interesado. El interés puede venir dado por acción o por omisión. Tan grave es difundir una información falsa o sesgada como omitir una veraz para favorecer a quien puede beneficiarse de su ocultación.

Un medio de comunicación es pluralista cuando las diferentes interpretaciones de la realidad que ofrece a sus usuarios no se pueden identificar todas o su mayoría con una determinada corriente de opinión o una determinada posición política. El pluralismo está directamente relacionado con la independencia.

Como no vivimos en un mundo ideal, los poderes políticos y económicos tienden a perpetuarse y para ello tratan de tener medios afines que defiendan sus intereses. Las maneras de hacerse con esos medios son muy variadas y a menudo muy sutiles. Si logran que los medios se conviertan en correas de transmisión de su ideología o de sus intereses, lo harán en detrimento de los intereses de la ciudadanía a la que se le dará una mercancía averiada, sesgada y falaz.

Es cierto que muchas veces los ciudadanos parecen demandar unos medios que los reafirmen en sus posiciones políticas e ideológicas.

Creo que, independientemente de la tendencia natural que todos tenemos a considerar que la verdad coincide con nuestras opiniones, la existencia generalizada de medios no independientes acaba por pervertir la actitud de los seguidores de los medios. Un periodismo de trinchera acaba haciendo ciudadanos atrincherados, es decir más proclives al enfrentamiento con los que están en las otras trincheras que al análisis o el debate racional. Con lo que los ciudadanos regresamos a la tribu y a los comportamientos tribales.

Sostengo que la prensa escrita es la forma más noble de obtener información. La lectura sosegada, incluso la relectura dejan mucho más poso y asientan una opinión mejor fundamentada que las palabras oídas o las fugaces imágenes que se desvanecen tan rápido como se consumen.

Para nuestra desgracia, en España hay sobreabundancia de prensa de trinchera. Hay prensa de derechas y de izquierdas. Progubernamental y antigubernamental en ciclos alternos según quien ostente el poder político. Y la ciudadanía mimetiza con frecuencia las opiniones de quien se las sirve convenientemente apoyadas y digeridas. Por eso el grupo Prensa Ibérica, editor de La Opinión, tiene un extraordinario valor para este país. Porque es independiente y pluralista. Su extraordinario crecimiento muestra su éxito económico y es garantía de que no se entregue a ningún poder, porque no lo necesita, así se es independiente.

Porque ha apostado por la prensa de cercanía, en este caso un periódico hecho desde Murcia y para Murcia. Porque en estas páginas encontrarán ustedes, queridos lectores, información veraz y contrastada y un amplio abanico de análisis desde perspectivas plurales para que ustedes se formen su propio juicio. Porque aquí nadie paga peaje. Se lo dice alguien que, en unos veinte años publicando en este periódico, jamás ha recibido la menor indicación o sugerencia y mucho menos censura.

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