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Ilustración de Javier Balsalobre Orenes

Charlas de bar

Alba Marqués

Redactora web

De cervezas por Murcia con... Adam Mosseri

No os preocupéis si ni por su nombre ni por su cara reconocéis a este señor que hoy se sienta conmigo en la Bodega Pepico del Tío Ginés para comerse unos michirones. Yo tuve que hacer una búsqueda en Google para saber quién es el director de Instagram y resulta que es él, Adam Mosseri, un empresario estadounidense de 39 años que lleva al frente de la red social desde 2018.

Más que a departir animosamente con una cerveza, esta reunión va enfocada a ruegos y preguntas, por no decir que le voy a calentar la cabeza con quejas. Los que, como yo, sois usuarios de Instagram desde hace años, imagino que habréis notado una considerable cantidad de cambios en los últimos meses.

Recuerdo que hace tiempo iniciar sesión en esta plataforma suponía ver todo lo que publicaban las cuentas a las que sigo (familiares, amigos, personalidades famosas y otros perfiles de interés que me gustan por su contenido). Sus post aparecían en el feed por orden cronológico. Daba igual las veces que te metieras a Instagram a lo largo del día, aparecían publicaciones nuevas solo si en ese tiempo que no habías accedido alguna cuenta subía algo nuevo. El resto, seguían ahí para que las vieras.

Ahora, el algoritmo consigue que veas antes las fotos de la boda de la hermana de María Pombo, a quien no sigues, que las imágenes de las vacaciones de tu prima. No recuerdo la última vez que vi cuatro publicaciones seguidas de perfiles a los que he hecho follow sin algún infiltrado de por medio. Tampoco es que te lo pierdas todo; al revés, ahora ves de más. Los reels invaden todo y desvían la atención de lo que era realmente importante, conectar con los tuyos y con las cosas que te gustan.

-Si Instagram quiere ser TikTok, está bien, pero ¿es este realmente el mejor algoritmo que se te ocurre?

Le pregunto. No dice nada, pero, aunque mi encuentro con un dibujo animado fue el pasado viernes, aparece el símbolo del dólar en sus ojos como si él también lo fuera. Entendido.

Continuando con mi descontento, mucho cuidado con la lupa y donde pinchas porque de ahí no se sale. Menudo agujero negro. El algoritmo de Instagram es muy listo, te conoce y te muestra contenido de cuentas a las que no sigues, pero que sabe que te pueden interesar. Además, lo alimentas muy fácilmente. Pinchas una vez en una receta y al día siguiente todo son vídeos de cocina. Pinchas en un reel con un bebé o un perro monísimo y todo se invade de eso. Y eso en el mejor de los casos. Recuerdo una temporada de conversaciones sobre mal de amores con una amiga en la que nuestras lupas se llenaron de consejos amorosos y frases motivacionales. Por ahí no.

No está mal lo de que te recomienden cuentas nuevas, pero creo que se han pasado de marcha y una frenada a tiempo para volver a enfocarse en los contenidos entre seguidores sería lo suyo. A los que nos gusta Instagram echamos de menos el de antes. Basta de agentes externos, que aquí hemos venido a ver el postureo de los nuestros.

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