Opinión | Tribuna libre

José Ángel Antelo

Revuelta social y cambio político

La huelga de los camioneros y la protesta de la gente del campo es la parte más visible de un malestar que tiene su origen en una subida insoportable de impuestos y cotizaciones, tasas y mordidas, precios de materiales y costes de producción

Caravana de camiones, tractores y taxis por las de Cartagena. Urquízar

Caravana de camiones, tractores y taxis por las de Cartagena. Urquízar / Iván Urquízar

Cada vez más españoles confían en Vox como única alternativa para salir adelante. Nuestra patria está siendo sacudida por una agitación social sin precedentes. Camioneros, cazadores, autónomos, agricultores, ganaderos, camareros, taxistas, pescadores… hombres y mujeres en cualquier tipo de oficios. Todos los que se ganan la vida en la calle tienen motivos para tomarla y mantener la protesta durante el tiempo que haga falta. Y lo hacen alzando la bandera de España. Con la dignidad de gente honrada que reacciona contra la injusticia y el desgobierno. No son fascistas ni extremistas. Son ciudadanos que dicen las verdades en voz alta, sin agredir a nadie, sin romper contenedores, sin arrojar toneladas de basura, sin incendiar la calle.

Es la protesta de los españoles de orden. Se manifiestan contra los políticos que han arruinado sus vidas. Los trabajadores y los emprendedores ya no aguantan más. La casta dirigente nos ha llevado al primer puesto en el índice de miseria, nos acorralan en la desesperación más absoluta. Tenemos ministros sin experiencia profesional ni competencia directiva. Soportamos el peor Gobierno que se recuerda. Manda una junta de fanáticos, terroristas, separatistas, traidores, comunistas trasnochados y parásitos sociales desde el día en que nacieron. El producto de su acción de gobierno es miseria, paro, inflación, deuda, desprestigio para España e inseguridad para los españoles. No recortan sus gastos ni bajan nuestros impuestos. Y ahora ofrecen limosnas a cambio de la paz social, pero la gente ya no traga más.

Pobreza estructural, dependencia energética, déficit hídrico, inseguridad alimentaria y endeudamiento público. Esta es la cuenta de resultados del pensamiento izquierdista dominante. La miseria y el socialismo siempre van de la mano. ¿Cuáles son los motivos de las protestas que inundan las calles? Cuando los socialistas llegan al poder siempre gastan más de lo que ingresan, porque no creen en el esfuerzo creativo ni en la disciplina presupuestaria. Gobiernan con despilfarro, crean entes púbicos inútiles o duplicados, dan transferencias a burocracias sindicales-patronales como si fueran órganos administrativos, y además regalan pagas por no trabajar. Reparten millones en aparatos de propaganda para gloria de los dirigentes y alimentan redes clientelares para mantener votos cautivos. Su gasto de casino y burdel nunca es inversión productiva, sino una mala jugada que terminan pagando todos los españoles.

Y la fiesta de los políticos se carga siempre en la cuenta de los trabajadores. Por eso la gente del campo y los transportistas han salido a la calle. Y faltan muchos más por salir, porque ya sabemos que el dispendio de los comunistas solo engendra más deuda e impuestos sobre el trabajo, el ahorro, los intercambios, la energía y los suministros. Han reventado la sociedad y esquilmado el futuro de los jóvenes, subiendo cotizaciones sociales, asfixiando a los autónomos, estrujando con multas, precariedad y desesperación. Han creado una comunidad política fracasada, donde los okupas tienen más derechos que los propietarios y los inmigrantes ilegales más pagas que las viudas. Han convertido la deuda y los impuestos en una forma de expropiación permanente y descarada. Han saqueado a los trabajadores hasta arrebatarles la esperanza de una vida digna para ellos y para sus hijos.

La huelga de los camioneros y la protesta de la gente del campo es la parte más visible de un malestar que tiene su origen en una subida insoportable de impuestos y cotizaciones, tasas y mordidas, precios de materiales y costes de producción. La canalla dirigente impone cargas tributarias y genera carencias sociales para financiar cada decreto ideológico que arroja contra nosotros. Estas son las herramientas preferidas del socialismo: más déficit público, inflación desbocada, ruina de las familias y aniquilación del patrimonio de los españoles. La subida de precios e impuestos hace imposible vivir y trabajar en España, y eso explica toda la movilización que estamos viendo.

Estamos ante una revuelta total contra el Gobierno: por el fracaso de sus resultados y por la estupidez de sus ideas. La autodeterminación de género no es solo una necedad, es también una idea que tiene como consecuencia 21.000 millones de gasto. Las políticas climáticas imponen en España la energía más cara de la UE, pero es además un capricho que nuestros agricultores y transportistas no pueden soportar. La revuelta ciudadana es síntoma de un inminente cambio político. 

Pero el cambio buscado no puede ser una vuelta de tuerca en la incertidumbre, ruina y calamidad (izquierdista y popular) engendrada por la Agenda 2030. La alternativa de Vox se percibe como única esperanza para salir adelante. ¿Y qué hace todavía la Región de Murcia en el pelotón de los tontos? ¿Es posible acabar con décadas de modorra y comenzar un proyecto de prosperidad? Pronto los ciudadanos tendrán la palabra. 

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