Hay una chica italiana que se llama Chiara Ferragni que tiene veinticinco millones de seguidores en redes sociales. Hace diez años decidió crearse un blog de moda para lucir modelito y contar su vida, que era la de cualquier italiana de clase media-alta que ha tenido la bendición de Dios de nacer siendo extremadamente guapa y simpática. Hoy tiene una fortuna más próxima a la de Ana Patricia Botín que a la tuya o la mía, va a estrenar su reality show en Amazon Prime y es una celebridad mundial a un nivel casi parecido al de las Kardashian.

Por no salir de Italia, que después de la Eurocopa y Eurovisión es el país de moda para el éxito, un joven italo-camerunés llamado Khaby Lame empezó a hacer vídeos chorra en TikTok. Sin decir ni media palabra, se limita simplemente a ridiculizar los trucos que se encuentra en internet para hacer cosas de manera eficiente. Por ejemplo, si ven el típico vídeo de un japonés con un artilugio extremadamente innovador para que no gotee la leche al servirla, Khaby hace un vídeo enseñando que simplemente hay que volcar el líquido en el vaso con cuidado. Con esto, y en plena pandemia, ha pasado de ser un chico de barrio marginal a ganar una media de tres millones de euros al año sólo en publicidad.

En España, Gala González, que inicialmente era sobrina de Adolfo Domínguez y ahora Adolfo Domínguez es su tío, se convirtió en la primera española del mundo digital en estar en la élite de los influencers, que es algo así como que entre una gran estrella de Hollywood y ella, hay marcas que prefieren que publicite su perfume Gala a la estrella de Netflix. Primera fila en las Semanas de la Moda, portada de digitales, Forbes haciendo la pelota. El pack completo del sueño de toda adolescente, y además con desparpajo.

Ibai Llanos era un chico de Bilbao que vivía en una casa que si no lo era desde luego parecía una VPO de los 60. Un chaval normal que podría ser amigo de cualquiera y que contaba tonterías en Twitch, como hacen casi todos los que nacieron alrededor de los 2000. Un par de años después de ser alguien completamente ordinario, fue la primera persona en entrevistar a Leo Messi después de llegar al PSG, tiene una mansión en Barcelona y el periodismo deportivo tiembla a su paso.

Estas cuatro personas tienen menos de 35 años. Todos ellos eran personas normales que un día decidieron hacer de su pasión su profesión, y han convertido un hobby que cualquiera podría catalogar como frívolo en un imperio del que no sólo viven ellos, sino también sus familias, amigos y las decenas de empleados a los que dan trabajo simplemente por producir contenido para nuestro entretenimiento.

Personas jovencísimas, encantadoras, trabajadoras y comprometidas que por sí mismas han cambiado el paradigma de qué significa el ocio, qué significa la fama y a qué aspiran los adolescentes de hoy en día.

Mientras esta revolución silenciosa ocurre, transformando por completo el modo de ver la vida de toda una generación, miles de boomers claman contra la vida creyendo que poner un post en Facebook es sinónimo de modernidad en un mundo que les ha sobrepasado con una velocidad pasmosa mientras ellos denuncian que los jóvenes somos un desperdicio perdido al vicio de lo ordinario.

Les voy a contar un secreto: viene una generación de talentos innatos hechos a sí mismos que nos va a hacer envejecer a todos diez años de un plumazo.

El futuro está aquí y se escribe en juventud. Ábranse una cuenta de TikTok y alucinen con el espectáculo. Yo ya voy perdida.