Cuando llegué a Murcia por primera vez, en 1983 (gobernaba el PSRM-PSOE), se percibía que el Gobierno regional, tenía muy claro que la promoción turística era importante y que esta Región tenía, y tiene, muchas cosas que vender al turista. Recuerdo que el nombre Costa Cálida estaba calando en el visitante, como el resultado de un gran esfuerzo por parte de los responsables de ese departamento.

Años más tarde, los socialistas perdían las elecciones, y al PP le pareció que había que tomar decisiones para que se notase que algo había cambiado. Y en el mundo del turismo, lo primero que hicieron fue oscurecer el nombre Costa Cálida y anular el logotipo que lo definía: un gran sol, con el mar en el horizonte (años más tarde, recuperaría el nombre, no el logo, Juan Carlos Ruiz). Y como si aquello fuese todo lo que tenían que hacer al respecto, dejaron pasar el tiempo sin ser conscientes de la importancia económica y de imagen que genera el turismo, al mismo tiempo que se dejaba morir el Mar Menor y se ponían parches a la promoción turística.

El día 9 de este mes finalizaba el estado de alarma en todo el país. El pasado día 15, Madrid celebraba sus fiestas de San Isidro. Esto, junto con el número de vacunados en toda España, fue como el pistoletazo de salida para que muchos ciudadanos dejaran sus hogares y se decidieran a disfrutar de otros aires. Pues verán, según los datos de la plataforma de transacciones electrónicas entre empresas turísticas, TravelgateX, la Región de Murcia acumuló solamente el 1,55% de la cuota de mercado de reservas de hotel del conjunto del país, o lo que es igual, el porcentaje más bajo de las nueve ‘principales’ Comunidades autónomas que registraron reservas en esos días. Unos datos que deberían hacer reflexionar a los responsables del Turismo de la Región.

Somos limítrofes con Andalucía, Castilla La Mancha y Comunidad Valenciana. En Andalucía, el nombre de Turismo encabeza el resto del enunciado de la consejería dedicada a este asunto. En Castilla La Mancha ocurre igual; en Valencia, donde está incluido en la consejería de Economía, cosa que me parece perfecto porque el turismo es economía, existe un organismo, con funcionamiento casi autónomo, con el nombre de Turisme Comunitat Valenciana. Y aquí, en la Región de Murcia, el Turismo aparece formando parte de la consejería de Presidencia, junto a Deportes. Eso ya nos da una pista sobre la importancia que se le da al turismo, incluido en una consejería que se supone es el soporte del Gobierno, con muchas cosas a las que dedicarse, y me temo que la más importante en ese conglomerado no es el turismo. Y el turismo necesita dedicación, promoción, inversión, porque se recoge lo que se siembra, y creo que aquí sembramos poco y mal en este terrero.

Hace años tuve la oportunidad de recorrer los 45 municipios de esta tierra haciendo reportajes para TVE, reflejando el paisaje, el valor arquitectónico, los museos de los mismos. Jamás olvidaré aquel trabajo, porque tuve la oportunidad de descubrir una tierra que, al parecer, desconocen los que han de promocionarla.

Ahora hemos estado en Fitur, la gran oportunidad de promoción del turismo, y en el stand institucional de la Región de Murcia nos hemos perdido en grandes rótulos led que desde sus 84 metros daban la bienvenida a Pablo Casado, presidente del Partido Popular, y al jefe del Ejecutivo murciano, Fernando López Miras, porque según los organizadores de esta cosa tan pueblerina, de esta manera se daba la bienvenida a todos los visitantes ilustres del stand.

Y digo yo: ¿no hubiese sido mejor dedicar esa pompa y fanfarria a ir mostrando, en ese espacio, los paisajes y atractivos turísticos de los pueblos de la Región?

Mucho ‘cantinfleo’, mucho bandazo en la política turística.