Parece que rezar es la única opción que le queda al PP y al alcalde de Murcia, José Ballesta, para salir de la negra semana que se avecina. Quizá fue lo que hizo la primera autoridad municipal ayer en el acto de apertura de los actos programados por el 125 aniversario de la fundación de la Cofradía del Perdón, que procesiona en Lunes Santo, celebrado en la iglesia de San Antolín.

En el centro de la cuestión, de nuevo la dimisión o cese del concejal de Salud, Felipe Coello, al que hace casi un mes Cs, socio de Gobierno del PP, y la oposición en pleno le pidieron su renuncia o que Ballesta lo destituyera, al considerar que se vacunó saltándose el protocolo establecido. «Señor, aparta de mí esta cáliz», le habrá pedido el alcalde capitalino al Cristo del castizo barrio ante la vuelta de tuerca que dará al asunto su socio de gobierno.

El portavoz de los naranjas en la capital y la lideresa regional del partido, junto a los otros tres concejales de la formación que encabeza Arrimadas a nivel nacional, mantendrán un encuentro este martes o miércoles, días antes del pleno del jueves, para tratar el caso Coello (pieza separada del ‘caso vacunas’ regional) y seguir insistiendo en la necesidad de que abandone el cargo una vez que lo ha hecho toda la cúpula de Salud.

Un argumento que se presenta reiterativo sobre lo que Cs pidió en el pleno de enero y lo que apoyará en la sesión plenaria del jueves próximo (pleno de febrero) ante la moción presentada por el PSOE y por Podemos, exigiendo de nuevo la salida del concejal de Salud. Tampoco Vox está dispuesto a dar un paso atrás y en estos momentos está estudiando la propuesta de sus compañeros de oposición para dar de nuevo su voto afirmativo por coherencia.

La soledad del PP municipal en el caso de la pieza separada del ‘caso Vacunas’ es manifiesta y nadie fuera del ámbito local ha defendido públicamente lo realizado por el concejal de Salud. Tampoco en el interno de este partido que, a nivel regional, ha logrado solventar su crisis vacunil en cuestión de pocas semanas sabiendo el roto que podría haberle hecho alargarlo en el tiempo. Es más, históricos de la formación de gobierno están que trinan con ‘la no dimisión’ y así lo dicen en cualquier esquina que se paran y a cualquier que los quiera escuchar.

La tensión hasta el jueves será máxima y máxima será la temperatura de un pleno en el que nuevamente se lleve en el orden del día este asunto. ¿Aguantará Ballesta el envite, impulsado por Vidal, sacando de nuevo su hoja de funciones y criticando veladamente a su socio de Gobierno? ¿O dará su brazo a torcer y actuará? Todo dependerá del resultado de ese encuentro entre Gómez y Vidal que también tratarán otros asuntos no menos importantes, como el pacto de gobernabilidad, que lleva camino de convertirse en papel mojado, y del desencanto y cabreo que hay en las filas de los pedáneos naranjas que ven recortados sus fondos y que barruntan que tampoco la Glorieta será muy generosa en las inversiones que necesitan los pueblos.

Los pedáneos de Cs ya han hecho llegar su malestar al portavoz naranja y concejal de Fomento, que está negociando los presupuestos municipales con el PP. Lógicamente, Gómez le hará llegar esas quejas a Vidal que, como exconcejala popular en el Gobierno local de Cámara, es conocedora de cómo se las gastan en los pueblos y de lo importante que son para ganar o perder elecciones, ya que más de la mitad de la población reside en las pedanías. ¿Vamos a la tercera crisis de gobierno en el Ayuntamiento? Por nadie pase.

Manifa convocada el 8 de marzo.  

El Movimiento Feminista de Murcia ha hecho un llamamiento para celebrar una manifestación el 8 de marzo por el Día de la Mujer bajo el lema #yonomequedoencasa #LaCalleEsMiCasa que partirá de la Plaza Fuensanta de la capital hasta el Puente Viejo. Ya se han unido varios colectivos a este llamamiento. El Movimiento Feminista, a través de redes sociales, explica que el lema ‘La calle es mi casa’ hace referencia «a las miles de personas que no tiene casa, que han sido y siguen siendo desahuciadas». Además, consideran que es ‘un buen zasca’ a los mensajes del Gobierno sobre quedarse en casa y un grito para recuperar la protesta social y visibilizar todo lo que está paralizado por el coronavirus «por las narrativas de muerte del covid impulsadas por nuestro Gobierno».