No es la primera vez que en la Asamblea tratamos el tema de los Baños de Mula, ni tampoco es la primera vez que se plantea el grave problema y la difícil situación en la que se encuentran las comunidades de regantes que dependen de sus aguas para el riego de sus tierras.

Hace unos meses, cuando planteábamos el problema por el que atraviesa el río Mula, hacíamos referencia al estado en que se encuentra los Baños de Mula y al problema que se les presenta a las comunidades de regantes de Campos del Río y Albudeite que se nutren de sus caudales. Ya denunciábamos la sobreexplotación del río del Mula en su tramo alto. Hablábamos así de la existencia de dos ríos Mula, uno desde el nacimiento hasta el embalse de La Cierva y otro, muy diferente, desde tal embalse hasta la desembocadura en el término municipal de Alguazas, y hacíamos referencia al deterioro ambiental al que está sometido el río en su segundo recorrido con tramos secos y semidesérticos, con acumulación de fangos y lodos, con nula continuidad hídrica y con los evidentes riesgos que la suciedad y la falta de caudal suponían, no sólo para el ecosistema de la zona, sino también para la salud de los habitantes de las zonas afectadas.

Y también advertíamos que esa situación chocaba con la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea y con toda la normativa de la Red Natura 2000 al indicar el casi nulo caudal ecológico de gran parte de la cuenca del río Mula y del escaso grado de calidad hidromorfológica del río.

Esa misma situación es la que encontramos de manera evidente en los Baños de Mula. Y, al igual que en el conjunto del río, ese lamentable estado se debe a la sobre explotación de los acuíferos con la apertura indiscriminada de pozos y concesiones de agua autorizados por la Confederación Hidrográfica del Segura, a la ampliación de áreas de regadío, a la derivación de caudales a otras cuencas, a la falta de vigilancia y control y a la inexistencia de estudios y análisis exhaustivos y periódicos sobre el estado de los acuíferos que nutren a los Baños.

El agua de Los Baños de Mula es el único aporte que discurre por el río desde tales Baños hasta su desembocadura y es el agua con la que se riegan las tierras de Campos el Río y Albudeite y de la que depende gran parte de la economía de la zona ya que la agricultura es el principal motor económico de la comarca. Si atendemos a la evolución histórica de los caudales, podemos apreciar que en 1953 tenía un aforo de 146 litros por segundo y en el verano de 2016 ese aforo es el mínimo de la serie histórica y se ha reducido a 10 litros por segundo.

Este aforo es el mínimo de la serie histórica (en este momento, tras las lluvias de este invierno, el caudal está entre 16 y 20 litros por segundo).

Esta situación por la que atraviesan los Baños de Mula no sólo provoca un grave perjuicio a los agricultores de la zona, también ha motivado un importante deterioro medioambiental y un significativo daño al turismo, que es otro de los recursos que tiene la comarca del Río Mula y, por tanto, ese problema supone un considerable menoscabo a la economía de los municipios que la integran.

Así pues, se deben tomar medidas que permitan aliviar o minorizar la gravedad del problema, que se incrementa de manera exponencial en épocas de sequía como en la que ahora estamos. Es imprescindible y, dado que uno de los motivos principales del deterioro de los Baños deriva directamente de los acuíferos señalados, lo primero que habría que hacer sería un estudio piezométrico de tales acuíferos, pues aunque se han hecho algunos estudios y análisis, es necesario hacer revisiones periódicas ya que los acuíferos no son elementos inmutables y experimentan cambios y por tanto es preciso estudiarlos en diferentes etapas para conocer la dirección de los flujos, la ubicación de las zonas de recarga y descarga que pueden cambiar con el tiempo, la existencia o no de heterogeneidad hídrica o el tipo de acuífero que se presenta. En resumen, el verdadero estado en que, en cada época o momento, se encuentran los acuíferos que nutren los caudales de los Baños de Mula.

Junto a esos estudios es necesario poner fin a la sobreexplotación de los acuíferos de la zona, es preciso un control extremo de los pozos y regadíos ilegales, una vigilancia exhaustiva de la venta de caudales hídrico de los acuíferos de esta zona a otras superficies regables y una verificación pormenorizada de los perímetros de riego. En definitiva una batería de medidas y actuaciones que detengan el amenazante deterioro hídrico y ambiental de los Baños y permitan, aunque sea lenta, la recuperación de los acuíferos y de los caudales mínimos necesarios para el abastecimiento de los Baños y de las comunidades de regantes afectadas.