Lo cierto es que se veía venir que Rajoy movería sus cartas y lo ha hecho muy bien. Con la decisión de no presentar su candidatura a presidir el Gobierno, los ha jodido a todos menos a uno y se ha librado de una buena ensalá de hostias verbales.

Veamos. Empecemos por el beneficiado. Pedro Sánchez será presidente del Gobierno apoyado por su partido y por todos los que él mismo ha despreciado y puesto pringando. Le van a apoyar los de la izquierda más radical de este país, incluidos los independentistas. Ahora bien, ha jodido al PSOE, a los partidos independentistas, a Podemos y a su propio partido, porque ahora sí se les va a ver el culo a unos y a otros. Y en medio, Ciudadanos, que nunca apoyará ni estará lo mas mínimo de acuerdo con estar relacionado o indiferente con los partidos radicales. Cuando se materialice el pacto de investidura entre Podemos, PSOE y radicales independentistas, Ciudadanos se desmarcará totalmente, teniendo como una de las consecuencias previsibles la posibilidad de que también se desmarque del PSOE andaluz de Susanita, lo que podría significar que en Andalucía cayese el Gobierno con nuevas elecciones.

Ya dije aquí que no habrían nuevas elecciones, que el pescao estaba vendido y que la izquierda se uniría para echar al PP, lo que motivó las críticas de los peperos? Pero el tiempo me ha dado la razón. Como a Encarna, la prima de mi amiga Mariló, le gusta que le diga lo que va a venir, algo así como estar viendo una película y que te digan si muere o no el protagonista, le diré que lo que nos puede venir es una caída de la economía, el aumento del paro de la gente normal, la ruina de muchos emprendedores, el aumento de funcionarios y del gasto público, el descenso de la recaudación, el cierre de colegios y hospitales concertados. Aumentarán los subsidios, las pensiones, las dádivas, la gente que no paga nada y... ya lo verán, los casos de corrupción, aunque no tan grandes como los vividos hasta ahora.

Dejarán de venderse casas, se paralizará la construcción, aunque aumentará la de viviendas oficiales. Los bancos se pondrán en estado de alerta y ya veremos qué pasa con los préstamos y los cuartos. Perderemos competitividad, no podremos pagar la deuda externa, las pensiones aumentarán pero con riesgo de no poder pagarlas.

Un estropicio general de final previsible

No, no me tomen por exagerado. Si hay un Gobierno que asusta a los mercados y cuyo principal objetivo es lo social y luego lo empresarial, cuando es al revés, que aquí el orden de los sumandos sí altera el producto, nada de lo dicho es exagerado. Si, encima, los que están son radicales que no respetan ni formas ni modos, ¿qué se puede esperar?

Está claro que gusta ver que alguien rompe el rancio protocolo ante el rey y en el Congreso. Eso da frescura, pero otra cosa es la frescura de despreciar el más mínimo modo de comportamiento social. Todo no vale, y Pablo Iglesias ni quiere ni lo sabe, y si lo sabe aún es peor. Ir a ver al rey en camisa, con mangas remangadas, cuello abierto, pantalones vaqueros y zapatillas oscuras, digan lo que digan, es una falta de respeto. Podía haber ido con un suéter, una chaqueta sport, algo menos agresivo, pero no, se puso el uniforme de camarero y se fue para la Zarzuela; sólo le faltó la bandeja en la mano y el trapo en el cinturón. Si un aspirante a un trabajo serio se presenta en la selección de personal de esa guisa no lo eligen ni de coña. Siempre hay un mínimo en todo que nunca se debe rebasar; lo malo es cuando ese mínimo en algunos es su máximo. Eso sí que es preocupante.

Lo cierto es que nos va a gobernar un líder que no lo han querido ni los suyos y que ha hundido en votos a su partido, junto a la extrema izquierda y los independentistas, Luego, vendrán las madresmías, llantos y lamentaciones, pero? a joderse toca durante cuatro años. Menos mal que siempre le quedará a muchos el consuelo de que Pedro Sánchez sea el presidente, ¡tiene bemoles la cosa!

He dicho que la culpa es nuestra por los votos, pero hay un culpable aún mayor: Mariano Rajoy, un presunto encubridor de la corrupción, que ha mirado para otro lado cuando todos clamábamos que actuase. Gobernar con la prepotencia de la ley de educación Wert, la reforma laboral no pactada, joder a todos los enfermeros del país, subir los impuestos ahogando a to' quisqui, y encima hacerlo con chulería? ¿Qué esperaba? En Murcia, por ejemplo, se descojonó de nosotros metiéndonos candidatos que no queríamos, como Pedro Antonio, Pilar Barreiro, Andrés Ayala? para que los votáramos porque él así lo decidía, como mantener en el cargo a imputados como Bascuñana y otros. O peor aún, premiando a Valcárcel cuando debiera estar por la calle buscando empleo. ¿Qué puede esperar este gallego después de limpiarse el culete con los gritos y clamores de todos los ciudadanos de derechas y centro derecha? Pues eso, irse a donde se va a ir, ahí mismo.

Aposté hace un año que Pedro Sánchez sería presidente, que la izquierda se uniría como Fuenteovejuna y contranatura, y ahí lo tienen, la voy a ganar, ¿eh? mi Blancanieves Ana Belén. Por cierto, este pacto va a impedir que Rafael González Tovar sea presidente de la Comunidad, ya lo verán. Esta apuesta sí que la voy a perder.

Cuánta madurez política nos falta a los españoles, nos va a gobernar el partido que más corrupción ha tenido, en euros, de la historia; nos va a gobernar el radicalismo de izquierdas afín al chavisto-madurismo venezolano y todos tan panchos.

¡Ay!, si se repitiesen las elecciones, dicen ya muchas voces, demasiadas. Lo cierto es que? menudo chicken tenemos.