No deja de sorprenderme lo que son capaces de hacer las bandas criminales con tal de obtener dinero. Y es que al robo, la extorsión, el tráfico de drogas y todas las acciones delictivas más execrables se unen prácticas que, por curiosas, no dejan de ser tan o más reprobables. La última que me ha llamado la atención es que la policía italiana ha incautado 3.500 pergaminos con bendiciones falsificadas que se vendían a los incautos haciéndoles creer que eran documentos del Vaticano, firmados por el papa Francisco, en momentos en que los peregrinos participan en las celebraciones del Año Santo. Desde tiempos remotos la picaresca con exvotos y reliquias de santos ha sido un lucrativo negocio. Ya en los albores del camino de Santiago, durante los siglos IX y X, eran habituales las ventas de falsos huesos y trozos de túnicas ´sospechosas´ de santos a los señores feudales y peregrinos para que se les solucionasen todos los problemas. En la era ´4.0´ el deseo de obtener bendiciones sigue siendo enorme y los criminales lo aprovechan. Cuidado con lo que compran.