Reconozco que no veo muchas series españolas, por no decir que no veo ninguna, pero el otro día me enganché al Ministerio del Tiempo. Me gustan las paradojas temporales, aunque su fundamento sea erróneo, para los puristas, o irreal, para los más aficionados a lo real. Además, la serie tiene momentos ´mágicos´ que hacen a uno pensar, como juntar en un mismo café de Madrid a Picasso y Velázquez. Incluso los guionistas juegan a que el maestro del ´Guernica´ le dice al de las ´Meninas´, sin saber que es él, que lo que más le gusta del Museo del Prado son las Pinturas Negras de Goya... Una conversación imposible que también me hizo jugar a mí. Pensé en encuentros entre un Elvis joven, en sus inicios, y los cuatro Beatles ya maduros. En citas entre Fernando Trueba y el Billy Wilder de El Apartamento. En consejos de Andy Warhol a Raphael y la cara de éste al escuchar al ideólogo de The Factory. Y luego me puse yo como protagonista. ¿Qué le diría a Marilyn, a Cervantes, al Di Stefano de las cinco copas de Europa, a Carlos V, a Tom Wolfe mientras escribía El nuevo periodismo? Y

aún sigo sin encontrar las palabras acertadas.