No me sale buen bigote, como, por ejemplo, a Frida Kahlo; el mío parece una carrera de hormigas; si quisiera dármelas tendría que pintarlo, como Groucho, con un tizón. No obstante, quiero sumarme a Movember en apoyo a la salud masculina, mejorando las presentes. El cáncer de próstata y de testículos, el colesterol en las venas, el azúcar en la sangre, la obesidad en la panza, la depresión en toda la cabeza..., con los primeros síntomas hay que hacérselo mirar; morir pronto es de hombres, de hombres descuidados. En esta campaña de bigotes, no caben pelillos a la mar, todos los pelos son pocos para salvar la vida y aguantar en la cola del paro. Dice el aforismo: «El bigote al ojo, aunque no haya un cuarto» o sea, «Salud y pobreza todo en una pieza»; en suma, ¡arriba el mostacho! Movember, con tres pares de bigotes. Pero que no cunda el ejemplo entre las mujeres solidarias.