Las exportaciones de la Región de Murcia se incrementaron un 62% en 2012, según ha informado la Cámara de Comercio con cifras de la secretaría de Estado de Comercio Exterior. Esta cifra se sitúa muy por encima de la media nacional (3,44%) y refleja claramente la capacidad de las empresas murcianas para adaptarse a las nuevas exigencias económicas. La Cámara de Comercio calificaba este aumento de las exportaciones como histórico, y no puedo estar más de acuerdo. No sólo ayuda a equilibrar una balanza comercial que sigue siendo deficitaria (Murcia sólo cubre con las ventas al exterior el 70% de lo que compra) sino que supone un punto de inflexión en nuestra cultura empresarial.

En un escenario tan complejo como el que estamos viviendo, muchos gestores consiguen reinventar su empresa y garantizar, mediante la apertura de nuevos mercados, no sólo su supervivencia, sino su éxito empresarial. Las cifras nos demuestran que lo están consiguiendo.

Como director regional de Empresas para Murcia, Comunidad Valencia y Baleares, me reúno muy a menudo con propietarios y gestores de empresas. Llego a conocerlos bien a nivel personal, y a entender sus compañías y sus modelos de negocio. Son muchas charlas y muchas preocupaciones compartidas, y resulta imposible no admirar la tenacidad con la que luchan por sus proyectos, y la audacia con la que han abordado el cambio de ciclo. Un aspecto clave de muchos proyectos con éxito ha sido abrirse a nuevos mercados.

Que una empresa se internacionalice tiene mucho más impacto del que a primera vista pueda parecer. Suelen ser empresas con un management dinámico y emprendedor, consiguen motivar a sus empleados con nuevos proyectos. Al extender su red de contactos, se benefician de un mayor intercambio de ideas. El contacto con otras culturas empresariales es también beneficioso; permite copiar formas de trabajar que funcionan en otros países, pero también (y lo considero muy importante) permite ver que los equipos gestores de nuestro país están bien preparados y pueden competir en nivel de igualdad en cualquier país que se propongan.

La internacionalización supone además que la empresa diversifica sus riesgos. No es más que la vieja máxima de 'no poner todos los huevos en la misma cesta' aplicada a la gestión empresarial. Desde el punto de vista de una entidad financiera, y por todas las razones que acabo de mencionar, una empresa internacionalizada suele ser vista con buenos ojos por parte de los comités de crédito. En un momento en que el crédito es un bien escaso, esta ventaja no es en absoluto desdeñable.

Si bien estamos en un momento difícil para emprender proyectos, las empresas murcianas ya han dado un paso de gigante al abrir nuevas vías de crecimiento internacional. Su capacidad de reacción ha sido un ejemplo de cómo adaptarse a las circunstancias e incluso crecer en los momentos más difíciles. La crisis financiera nos ha enseñado que cualquier negocio, grande o pequeño, tiene su oportunidad en el exterior. Ante este escenario resulta fundamental que reciban todo el apoyo necesario.

Por ello aplaudo iniciativas como Impulsando Pymes, una plataforma privada y pública que permite a pequeñas empresas y emprendedores compartir conocimiento.