El mirador de Bayna –lástima que no esté bien señalizado– está llamado a convertirse en visita obligada para cualquier persona que quiera conocer uno de los parajes más atrayentes de nuestra geografía regional. Y por otro lado, el paseo que os recomiendo por la población de Ojós, cruzando su puente colgante, es uno de esos sitios a los que uno recurre de vez en cuando para relajarse mientras el olor a limonero y azahar impregna cada poro de la piel, para terminar paseando por las estrechas callejuelas de la localidad de Ojós, llenas de plantas y flores, y desembocar en su antiguo lavadero.

Itinerario recomendado

Si salimos desde Murcia, tomaremos la autovía Murcia–Madrid hasta la salida de la población de Blanca; tras unos pocos kilómetros iniciaremos la bajada a la población de Blanca –antiguamente llamada Negra por los árabes y que reflejaba de manera mas certera el motivo de su nombre, ya que la peña que la acoge es de una tonalidad oscura–. Cuando aparecen las primeras casas de la población, a nuestra izquierda en una curva con la que debe llevar cuidado –la visibilidad no es buena–, una pequeña indicación señala el mirador de Bayna. Nada más tomar este peligroso cruce giraremos hacia la derecha. Una pronunciada pendiente nos servirá como referencia, y tras unos pocos metros una pequeña explanada será el sitio elegido para dejar nuestro coche a pie de este mirador.

Una vez que uno se ha recreado en esta plataforma, retomaremos la carretera dirección al centro de la población de Blanca –aquí hay dos o tres sitios en los que merece la pena hacer una parada y tomarse unas cervezas con un fresco marisco– para tomar la carretera que cruza el río Segura y nos conduce en dirección a Ojós y Archena. Un camino estrecho y lleno de limoneros a derecha e izquierda nos lleva hasta nuestro segundo objetivo.

Ya en Ojós, a la entrada de la población, a nuestra izquierda quedará el puente que nos indica el inicio de nuestro paseo. Dejaremos el coche antes de cruzar el puente y, ya andando y llevando el río a nuestra derecha, nos dirigiremos hasta el puente colgante.

El paseo, que dura unos veinte minutos, es un recorrido lleno de olores y colores. Tras cruzar el puente colgante de la localidad nos meteremos de lleno en las callejuelas de Ojós, y os recomiendo seguir la dirección que nos llevará al antiguo lavadero –está bien indicado– y que nos dejará de nuevo muy cerca de nuestro coche.

En Villanueva (Los Grillos) y en Archena hay un par de sitios muy interesantes para comer, pero sin ninguna duda, y si os gusta el marisco fresco y bien preparado, no dejéis de visitar el bar de Pepe del Carril, un gran profesional.

Recomendaciones: Calzado cómodo; Dificultad: Baja; Mejor época: sin duda, primavera aunque es factible todo el año. En verano, el calor puede ser un inconveniente.