Murcia esconde un desierto. El municipio de Abanilla constituye uno de los más diversos, de mayor contraste, de la Región, y esconde un paraje espectacular por pocos conocidos: el desierto de Mahoya.

Su situación entre Aragón y Castilla convirtieron a Abanilla en un lugar estratégico durante la reconquista y las fiestas de la Santa Cruz en mayo recuerdan estas batallas entre moros y cristianos. Pasear por Abanilla es recuperar el sentimiento de la Edad Media, las estructuras de sus calles, las casas solariegas etc.. Numerosas ermitas recuerdan la piedad que embarga a este municipio, entre todas ellas destaca la Iglesia de San José , patrón de la localidad, que fue consagrada por el Cardenal Belluga en 1712.

Abanilla también destaca por su naturaleza. Sierras como la de Barinas y la de Abanilla, los espartizales con pinar, los palmerales, la Cuenca del Río Chícamo con aguas permanentes con alto contenido en sale... forman espacios únicos. Pero hay uno que sobresale sobre los demás.

Se trata del desierto de Mahoya o desierto de Abanilla, también conocido por ser el paisaje lunar murciano. Se trata de un paraje desértico de lo más curioso donde el agua, durante millones de años, ha moldeado la tierra produciendo formas increíbles. 

Un paisaje lunar idóneo para aquellos que necesiten de un entorno desértico para proyecciones cinematográficas o sesiones de fotografía. O simplemente para aquellos que quieran disfrutar de un paraje natural completamente distinto al que solemos ver. 

Desierto de Mahoya.

Recomendaciones si vas a visitar el desierto de Mahoya en Murcia

  • Lleva botas o calzado apropiado para evitar resbalones.
  • Intenta seguir los pasos de anteriores visitantes para no erosionar todo.
  • Pórtate bien con la naturaleza y llévate la basura que generes y si puedes llevarte lo que no es tuyo, mejor. 
  • Evita ir en los meses más calurosos, es un desierto. Lleva contigo agua y algo de comer.