Faltan pocos días para Navidad y muchos ya comienzan con los preparativos de regalos, vacaciones y, sobre todo, comidas navideñas. Durante estos días ponemos sobre la mesa muchos de los platos típicos navideños de nuestra gastronomía como son el turrón, el marisco, o los polvorones, entre otros. También, son muchos los que deciden dar paso a otras recetas típicas de otros países como es, en este caso, las galletas de jengibre.
Las galletas de jengibre no se encuentra entre los platos típicos, pero poco a poco se han convertido en una buena opción para hacer durante estas fechas navideñas y más para prepararlas con los pequeños de la casa. Además, el olor que dejan estas galletas cuando se preparan en casa es de lo más agradable.
A continuación te contamos el paso a paso para que puedas preparar las galletas de jegibre con los más pequeños:
Ingredientes
- 140 gramos de mantequilla sin sal
- 50 gramos de azúcar moreno
- 75 gramos de miel
- 1 huevo
- 2 cucharadas de café de jengibre
- Canela molida al gusto
- Una pizca de nuez moscada
- 1 cucharada de cáfe de bicarbonato sódico
- Una pizca de sal
- 300 gramos de harina de repostería
- 200 gramos de azúcar glas
- 1 clara de huevo
Elaboración
Para dejar reposar el tiempo suficiente la masa, lo mejor es prepararla el día de antes a su cocción. Para ello, derretimos la mantequilla que previamente habremos cortado en pequeños tacos. La podemos derretir en el microondas de veinte en veinte segundos o en un cazo a fuego medio. A la mantequilla le añadimos el azúcar y la miel. Removemos todo hasta conseguir una mezcla, añadimos las especias y lo dejamos reposar unos 10 minutos.
En otro bol, prepararemos los ingredientes secos, por lo que tamizaremos la harina y le añadiremos el bicarbonato. A esta mezcla, le añadiremos los ingredientes húmedos y el huevo. Poco a poco iremos mezclando hasta hacer una masa homogénea. Una vez terminada, la enrollaremos con papel film y la dejaremos reposar en la nevera. Cuanto más tiempo, mejor.
Ahora ya solo queda darle forma a las galletas. Al haber estado enfriando en el frigorífico, la masa puede estar un poco dura, por lo que habrá que ir moldeándola poco a poco con las manos para que esté a temperatura ambiente. Una vez sea más fácil de moldearla, la extendemos con un rodillo sobre un papel de horno o bandeja de horno. Cuánto más fina hagamos la capa, más crujientes saldrán las galletas.
De esta masa extendida, con ayuda de unos moldes, vamos haciendo las galletas con diferentes formas. Estas las pondremos en otra bandeja para horno y las cocinaremos a 180º durante 10-12 minutos. Cuando ya estén horneadas, estas galletas se pueden decorar al gusto, algo que será muy divertido para los más pequeños.
