Pacto PSOE-Junts

El PSOE fía la estabilidad de la legislatura a contentar a ERC y Junts en mesas paralelas

Los socialistas deberán hacer equilibrios para repartir banderas y protagonismo, sin favorecer a un partido sobre el otro, de cara garantizar la gobernabilidad

Los negociadores del PSOE ya reconocieron en el arranque de las conversaciones con los independentistas catalanes que priorizan su pugna electoral a la gobernabilidad

Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez. / PI Studio

Iván Gil

El PSOE ha envuelto como pactos de legislatura los acuerdos con ERC y Junts. Sin embargo, sus dos socios catalanes han insistido en vincular la estabilidad del futuro Gobierno al avance y cumplimiento de lo firmado. La garantía de la gobernabilidad, con el apoyo a los presupuestos y las principales leyes, dependerá de que republicanos y posconvergentes vean colmadas sus expectativas en las negociaciones paralelas que arrancarán tras la investidura. La continuidad de la Mesa de Diálogo entre Gobierno y Generalitat, en el caso de ERC, y la de partidos, con un mecanismo de verificación internacional, en el de Junts. Los objetivos marcados por los independentistas no dejan de ser similares y la pugna a la hora de capitalizar reivindicaciones ya quedó patente en esta negociación de investidura, por lo que los socialistas deberán hacer un difícil equilibrio para contentar a ambos socios.

Los negociadores del PSOE ya reconocieron en el arranque de las conversaciones con los independentistas catalanes que “la gobernabilidad les importa relativamente poco, lo que les importa es quién tiene la hegemonía en Cataluña”. Un presupuesto que condicionará la legislatura y la necesidad de los socialistas de hacer equilibrismo. Repartir banderas y protagonismo, sin favorecer a un partido sobre el otro. Una metodología que se intentó practicar en las conversaciones de investidura. Sin el éxito esperado, pues al precipitarse el anuncio del acuerdo con ERC, los posconvergentes optaron por posponer el suyo una semana más de lo previsto.

Un “ataque de celos”, según lo interpretaron otros aliados parlamentarios, o una “escenificación” del expresident Carles Puigdemont para marcar terreno, según fuentes socialistas, que da la medida de lo que está por venir. Aunque en público los dirigentes del PSOE hablan de acuerdos para una legislatura estable, en privado no son pocos los dirigentes que asumen grandes dificultades por la competición entre sus socios y la “aritmética endiablada”. Los números obligan a contar con el apoyo de los todos grupos aliados de la investidura, permitiéndose solo la abstención de uno de ellos si entra en la ecuación Coalición Canaria.

El apoyo a los Presupuestos del próximo año se da por descontado dada su inmediatez. El ministerio de Hacienda en funciones lleva semanas trabajando en el proyecto para arrancar su tramitación nada más cruzar el Rubicón de la investidura. Según los cálculos que manejan en el departamento dirigido por María Jesús Montero, las actuales cuentas solo se tendrían que prorrogar unas semanas del inicio de 2024. Un calendario optimista debido a la capacidad del Senado, con mayoría absoluta del PP, para ralentizar el proceso de aprobación. Aunque el voto a favor de ERC y Junts para estas primeras cuentas de la legislatura viene empujado por el pacto de investidura, el Gobierno deberá hacer ya gestos porque las respectivas mesas de negociación arrancarán casi de inmediato.

Reuniones inminentes y continuas

El acuerdo con Junts recoge que la primera reunión de negociación se celebrará este mes de noviembre, mientras que el de ERC se refiere a “reuniones periódicas” de la Mesa de Diálogo. Además, el texto firmado con los posconvergentes concreta las dos grandes cuestiones que se plantearán y hasta las posiciones con las que acudirán ambos equipos negociadores. En lo referente al ámbito “del reconocimiento nacional”, Junts propondrá “la celebración de un referéndum de autodeterminación sobre el futuro político de Catalunya amparado en el artículo 92 de la Constitución”. El PSOE, por su parte, defenderá el desarrollo del Estatut.

En lo relativo a la financiación, los posconvergentes apostarán por la modificación de la ley orgánica de financiación de las comunidades autónomas (LOFCA) para la cesión “del 100% de todos los tributos”. Los socialistas plantearán en medidas en línea con la condonación parcial de deuda, pactada con ERC, y un plan para facilitar el regreso a la Cataluña de las sedes sociales de las empresas que salieron por el ‘procés’.

Estabilidad y avances

El acuerdo con los republicanos habla de “impulsar el diálogo institucional entre gobiernos sobre el futuro político de Catalunya” y la necesidad de “avanzar a un ritmo constante y satisfactorio para ambas partes”. Asimismo, se compromete a abordar en este foro “el debate sobre el modo en que los acuerdos a los que se pueda llegar sobre el marco político de Cataluña puedan ser refrendados por el pueblo catalán”. Aunque el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, valoró tras el acuerdo con el PSOE que ahora sería el momento “de avanzar hacia el referéndum", el redactado es más ambiguo. Se refiere a “la necesidad de que los acuerdos alcanzados como resultado político del diálogo sean refrendados por la ciudadanía.

El expresident Carles Puigdemont, este jueves desde Bruselas tras la firma del pacto con el PSOE.

El expresident Carles Puigdemont, este jueves desde Bruselas tras la firma del pacto con el PSOE. / EFE

En lo que coinciden ambos acuerdos es en hilar la viabilidad de la legislatura a los avances de sus mesas de negociación. En el caso de ERC, se plasma en el pacto que “las diputadas y diputados de ERC apoyarán la investidura de Pedro Sánchez y, en paralelo al cumplimiento de los compromisos adquiridos en este acuerdo, darán estabilidad a la legislatura a través de una negociación”. El de Junts

que ambas partes acuerdan "la estabilidad de la legislatura, sujeta a los avances y cumplimiento de los pactos que resulten de las negociaciones".

Recorrido de la legislatura

ERC y Junts, que mirarán de reojo lo que logran cada uno, se reservan la capacidad de tumbar unos presupuestos o decretos relacionados con el plan de recuperación y precipitar un adelanto electoral. El propio Puigdemont, este jueves durante su intervención, dejó patente que las garantías de sacar adelante los compromisos tiene que ver con su capacidad para hacer fracasar la legislatura. “A diferencia de la legislatura pasada, en la que Pedro Sánchez tenía la estabilidad garantizada desde el inicio, ahora se la tendrá que ganar acuerdo a acuerdo, día a día. Sin el cumplimiento, la legislatura no tendrá recorrido y acabará en la papelera de la historia", advirtió.

A favor del Gobierno está el ánimo de todas las partes de mantener en la sombra estas negociaciones -y los nombres de los interlocutores en la mesa con Junts-. Al menos, la discreción en el desarrollo de las carpetas por parte de los grupos de trabajo según los hitos y calendarios que se vayan marcando. No tanto los riesgos que conlleva la pugna entre ERC y Junts para capitalizar los avances en sus propias mesas de negociación, sobre todo a medida que se acerquen las elecciones catalanas previstas para principios de 2025