Patrimonio

El imafronte de la Catedral pierde el color rojizo tras décadas de polvo sahariano

Los sistemas de ultrasonidos para espantar las palomas no han funcionado y se ha recurrido a los métodos tradicionales: redes, púas, electroestática y control de la población 

El ritmo de los trabajos es bueno y se espera destapar la lona para finales del próximo verano

Uno de los especialista del
equipo de restauradores, 
en el imafronte.  juan carlos caval

Uno de los especialista del equipo de restauradores, en el imafronte. juan carlos caval / Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

Las obras de restauración de la fachada principal de la Catedral de Murcia avanzan a buen ritmo y ya se encuentran, tras más de 6 meses de trabajo, a medio camino de su finalización. Según fuentes de Orthem, la empresa que se encarga de la ejecución de los trabajos, si todo va bien, la restauración estará finalizada a mediados del mes de septiembre.

Según el jefe de Obra de los trabajos de restauración de la fachada, Ismael Moreno, tras los primeros análisis del estado de la fachada y las limpiezas con aire comprimido para despejar la fachada de palomina (el excremento de estas aves), se elaboró un plan que arrancó con la eliminación de los morteros existentes, un trabajo que prácticamente ha finalizado y al que sólo le queda un 10 por ciento. Según explica Moreno, en anteriores restauraciones se utilizaron unos morteros que en aquel momento se creía que eran la mejor solución. «Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que se trataba de unos morteros muy duros y cementosos, que perjudican a la piedra, llegando a separarse de ella e incluso a romperla», detalla el jefe de Obra, que añade que son esos morteros los que se están suprimiendo, incluyendo sus anclajes de acero, que a veces generan pequeñas fisuras por las que entra agua, que acaba oxidando el hierro. Aunque Moreno no lo puede asegurar a ciencia cierta, este mal uso de los morteros en anteriores trabajos de restauración puede haber sido una de las causas que han generado los episodios de caída de cascotes en los últimos años.

La última fase de los trabajos consistirá en ‘patinar’ la superficie para evitar un aspecto parcheado

En este momento, mientras se finiquita este proceso, se ha comenzado otro, que incluye labores de consolidación y de limpieza con agua, y cuando esta no es suficiente, porque la suciedad está muy incrustada, se hace uso de la proyección de microesferas de fibra de vidrio, que se ha preferido a la de áridos por ser un método menos agresivo, afectar menos a la piedra y permitir trabajar a cierta distancia para hacer una limpieza más homogénea. Estos trabajos de limpieza también están muy avanzados, salvo en los laterales del imafronte.

Explica Moreno que con esta fase de limpieza en profundidad lo que se está quitando es ese color rojizo que ha dejado durante décadas la calima (polvo en suspensión sahariano) desde la última rehabilitación que se hiciera allá por los años 90, por lo que ahora «el color de la piedra es muchísimo más claro (la piedra original es casi blanca); se aprecia mucha diferencia cuando miras las imágenes del antes y el después».

En cuanto a la consolidación (completar líneas arquitectónicas esenciales como cornisas, entre otros elementos), el equipo restaurador, conformado por más de diez profesionales, está trabajando con materiales tradicionales y agua de cal. Con respecto a los nuevos morteros para revolumetrizar elementos deteriorados (en ocasiones se hará con piedra similar a la original), el jefe de Obra señala que sólo se intervendrá cuando sea estrictamente necesario y pone varios ejemplos. «Si falta un trozo de cornisa la tengo que revolumetrizar, a San Pablo, por ejemplo, le falta el brazo izquierdo y lo tendremos que hacer en piedra, al igual que el remate del mango de la espada de San Hermenegildo», detalla.

Ismael Moreno, jefe de Obra de la restauración de la fachada de la Catedral de Murcia.

Ismael Moreno, jefe de Obra de la restauración de la fachada de la Catedral de Murcia. / Juan Carlos Caval

Dos de los grandes retos a los que se enfrenta este proyecto es evitar que en un futuro las filtraciones de agua y los excrementos de palomas vuelve a ensuciar y dañar la fachada.

En cuanto al agua, desde Orthem explican que se está trabajando para mejorar los sistemas de evacuación reconstruyendo las cornisas y dándoles la pendiente necesaria para que discurra fácilmente. Además, se le aplicará a la piedra, sobre todo en las zonas bajas, un tratamiento hidrófugo, que consiste en aplicar un compuesto químico con el objetivo de protegerlo de la humedad y del agua, algo que permite al mismo tiempo la transpiración de las piedras.

Con respecto a las palomas, se acudirá los métodos tradicionales como las redes y las líneas de púas y electroestáticas (cables que se ponen encima de las cornisas y que emiten pequeños impulsos eléctricos) y el control de la población, a través de capturas y halcones. Aunque en un primer momento se informó que se iba a utilizar un sistema de ultrasonidos, finalmente este método no ha dado resultado. «Hemos intentado usar ultrasonidos pero no ha funcionado, lo pusimos en un sitio específico, donde más anidaban las palomas, pero nada», indica.

Tras las actuaciones y para evitar que la fachada presente un aspecto ‘parcheado’ se dará a toda la superficie una pátina con pigmentos naturales para igualar la tonalidad del conjunto.

Una obra de arte del Barroco

Fue concebida como una fachada-retablo por el arquitecto y escultor valenciano Jaime Bort y Meliá y se la considera una de las obras más importantes del Barroco. Su construcción sustituyó al antiguo imafronte renacentista de 1563 y está consagrado a la Santísima Virgen María. Destaca en ella dos espectaculares conjuntos arquitectónicos: la Coronación y la Asunción. A estos dos grupos, se suman incontables efigies de santos y mártires vinculados con los orígenes de la Iglesia y el nacimiento de la Diócesis de Cartagena que, como si fuera un gran teatro de piedra, narran la historia de la Iglesia universal y regional.

Detalle de las obras de restauración de la fachada de la Catedral de Murcia.

Detalle de las obras de restauración de la fachada de la Catedral de Murcia. / Juan Carlos Caval

Orthem, empresa del Grupo Hozono Global, es la encargada de acometer estas obras de restauración, siguiendo el proyecto de restauración de Lavila Arquitectos, con el arquitecto Juan de Dios de la Hoz a la cabeza. El plazo de los trabajos se estimó, al menos, en 12 meses y cuentan con un presupuesto de 1,2 millones de euros.

Cirugía con cincel y cepillo

Un equipo integrado por diez restauradores trabaja actualmente en la limpieza y consolidación de todos los elementos ornamentales y arquitectónicos de la Catedral de Murcia. Según informan desde Orthem, para la realización de estas tareas, los profesionales especializados en restauración del patrimonio histórico emplean herramientas de pequeñas dimensiones como martillo, cincel, cepillo y espátula ya que el trabajo debe ser minucioso y preciso para no dañar la piedra original con la retirada del mortero. Además de los restauradores, también participan canteros, vidrieros, ebanistas, herreros, arqueólogos o técnicos de gestión. 

Los interesados en realizar una visita guiada a las obras de restauración de la fachada de la Catedral, donde podrán conocer detalles y curiosidades, todavía están a tiempo. Sólo tienen que rellenar un formulario que encontrarán en la web lossecretosdelafachada.com. 

«Ver cómo trabajan artesanos y canteros es algo increíble»

Los que hoy trabajan en la rehabilitación del imafronte de la Catedral de Murcia son plenamente conscientes de la importancia histórica del proyecto que tienen entre manos. El arquitecto que ha diseñado el proyecto de restauración, Juan de Dios de la Hoz, llegó a describir el imafronte como «la mejor fachada barroca del mundo» y el trabajo que se está realizando como un desafío y una responsabilidad enormes. 

«Estamos trabajando sobre algo que se proyectó hace 300 años», afirma el jefe de Obra, Ismael Moreno, que sostiene que cuando se levantó el templo «lo hicieron sabiendo que en el futuro tendríamos que subir a hacer alguna reparación; hay cosas que no se ven desde abajo y creo que esos secretos que vamos descubriendo es de las cosas que más me han impresionado». 

En cuanto a los trabajos que se están realizando, una de las cosas que más admira Moreno son las revolumetrizaciones . «Ver cómo trabajan estos restauradores, canteros, artesanos es algo increíble», afirma. 

Uno de los momentos que más le ha chocado es ser testigo de cómo cambia la fachada de un día para otro: «Hubo una vez que subí y estaban limpiando la zona de la Asunción de la Virgen y al día siguiente, tras destaparla, fue tal la sorpresa de ver limpia la corona de madera y la piedra que me quedé sin palabras». 

Afirma que cuando acabe el verano y se quite la lona, los vecinos de Murcia podrán ver cosas que antes no estaban tan señaladas. Asegura Ismael Moreno que nunca ha hecho algo tan grande y recuerda las palabras del arquitecto del proyecto, Juan de Dios. «Da igual lo que hayas hecho antes, cuando te enfrentas a la fachada de una Catedral de este calibre es algo que te sorprende».