«La divulgación puede ser incómoda, pero siempre es muy gratificante»

Toda una carrera investigadora enmarcada en el área de Química Organometálica no le ha impedido involucrarse en actividades participativas dirigidas a la divulgación científica y la promoción de esta vocación.

¿Qué soporte científico ofrece la UMU en todos estos trabajos de investigación?

La Universidad de Murcia nos ofrece la infraestructura necesaria para llevar a cabo nuestra investigación. En primer lugar, nos facilita los laboratorios, que tienen que estar equipados con medidas de seguridad adecuadas y que necesitan una renovación permanente (como campanas de extracción de gases, armarios de seguridad o cámaras frigoríficas). Una vez preparados los compuestos, hay que caracterizarlos, esto es, determinar su estructura.

Para ello, la UMU pone a nuestra disposición el Área Científica y Técnica de Investigación, que concentra todo el personal y los instrumentos adecuados para identificar la estructura de nuestros compuestos. Finalmente, la UMU también financia un programa propio de investigación que incluye, entre otras, ayudas y contratos para científicos/as en formación. La incorporación de jóvenes investigadores a líneas de investigación consolidadas es imprescindible para seguir progresando en el conocimiento científico.

Una labor por la que recientemente ha sido galardonada con el Premio de Transferencia del Conocimiento para la divulgación científica. ¿Qué supone para usted este reconocimiento?

Bueno, he sido una de las nueve personas galardonadas, dentro de esta modalidad. En concreto, he recibido el premio por la rama de ciencias, junto con el profesor Ángel Ferrández Izquierdo.

Todos los que nos vemos involucrados en la divulgación científica estamos convencidos de que hay que llevar la ciencia a la sociedad. Debemos proporcionar a la sociedad las herramientas necesarias para que puedan distinguir un bulo de una realidad científica. ¿Por qué todavía hay gente que cree que la tierra es plana, que la homeopatía funciona o que al vacunarnos nos pueden introducir un chip que controle nuestros pensamientos? En algunos campos, como la tecnología de la información o la biomedicina, se están produciendo avances extraordinarios que generan a su alrededor noticias sensacionalistas. La divulgación científica debe involucrarse y explicar al público qué es factible y qué no.

Hace cinco años ingresó en la Academia de Ciencias de la Región. ¿Cuáles son sus funciones, y qué papel cumple esta institución en la sociedad murciana?

La Academia de Ciencias tiene dos misiones fundamentales. La primera es la promoción y divulgación de la ciencia mediante actividades participativas. En este contexto, participa en la Semana de la Ciencia y la Tecnología, destinada fundamentalmente a estudiantes, convoca premios para proyectos de investigación en centros de secundaria, imparte charlas y conferencias de divulgación, organiza exposiciones, publica artículos de difusión, etc. Nos involucramos muy seriamente en la divulgación de la ciencia y en la promoción de las vocaciones científicas. El segundo objetivo de la Academia es asesorar en materia de ciencia a las administraciones públicas.

¿A qué principales problemas se enfrenta en la actualidad la mujer en el ámbito de la ciencia?

El ámbito de la ciencia es un ámbito privilegiado dentro de la lucha por la igualdad de género. Aunque quizá, debiéramos aclarar que hablamos de la investigación en los organismos públicos. En las empresas privadas existen los mismos problemas con los que se encuentran las mujeres trabajadoras, el primero de los cuales es la diferencia salarial. Pero insisto que eso no ocurre en la Universidad ni en los centros públicos de investigación.

En estos últimos casos, el problema más acuciante es la conciliación. En una sociedad que todavía atribuye a la mujer la mayor carga de responsabilidad en el trabajo familiar, las horas que puede dedicar a su desarrollo profesional son más limitadas que las de un hombre. Pero creo sinceramente que estamos avanzando en la dirección adecuada.

¿Cómo se trata, especialmente desde la Universidad de Murcia, de fomentar la vocación científica entre las niñas?

En primer lugar, está contribuyendo a la visibilidad de la mujer en la Ciencia. Para que las niñas quieran ser científicas hay que proporcionarles modelos con los que puedan identificarse. Charlas y actividades basadas en sus vidas y logros ayudan a dar visibilidad al papel que han jugado las mujeres en el desarrollo científico.

Otro aspecto esencial es la ruptura de estereotipos de profesión. Algunas actividades como concursos sencillos pueden revertir esas asociaciones inmediatas que solemos hacer sobre los roles que juegan en la sociedad hombres y mujeres. ¿Sabía que la caldera de calefacción central (tecnología pura y dura) la inventó una mujer, o que la tirita (propiedades curativas) la inventó un hombre?

¿Se reivindica como merece el papel de la divulgación?

La divulgación puede ser incómoda, pero siempre es muy gratificante. Para el científico supone salir de un entorno académico seguro, donde no se discute el papel o la bondad de la ciencia, y sumergirse en un mundo desconocido donde sus razonamientos van a ser discutidos y rebatidos con argumentos de todo tipo. Para ser divulgador, hay que ser valiente. Es nuestra obligación contribuir a que la sociedad disponga de la información necesaria para saber distinguir entre un hecho, una interpretación, una opinión y una creencia.

Sin embargo, la divulgación a niveles educativos más básicos es siempre muy gratificante, porque siempre hay alguien que aprende algo de lo que intentas transmitir.

¿Está valorada la divulgación? Cada vez más. Pero podemos seguir avanzando teniendo en cuenta que la divulgación no es algo optativo, sino que debería ser una labor obligatoria de toda la comunidad científica.

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