Los investigadores tienen claro que no es una casualidad ni un accidente: que, detrás de la decena de incendios que desde verano lleva sufriendo el colegio Antonio Delgado Dorrego, en la población de Sangonera la Verde, está la mano de una misma persona, indicaron fuentes cercanas al caso.

Una persona que sería un varón, vecino del pueblo, y que, aunque aún no ha sido detenido, estaría en el punto de mira de los expertos que desde hace meses trabajan para esclarecer el asunto de por qué, cada vez con más frecuencia, hay un incendio en los árboles que hay dentro del colegio. El último, el pasado jueves, sin ir más lejos. Los bomberos volvían a movilizarse. El caso es que nunca nadie ha salido herido.

De la investigación en sí, que está abierta, se hace cargo el Instituto Armado, aunque en el caso también se ha dejado la piel la Policía Local de Murcia. De hecho, este Cuerpo reforzó la vigilancia en la zona, con el objetivo de intentar pillar con las manos en la masa al sujeto en cuestión, indican fuentes próximas al caso.

«Los vecinos y el personal del centro educativo están hartos de expresar su máxima preocupación y exigen al Ayuntamiento de Murcia y a la Consejería de Educación que tomen cartas en el asunto desde ya mismo e identifiquen al autor de los actos vandálicos», subrayaban desde el sindicato Comisiones Obreras, a propósito del último incendio.

«Hasta el momento, la pedanía sólo ha intentado solucionar esta situación con la colocación de cámaras de vídeo dentro del recinto del colegio, aunque no pueden grabar al exterior porque resulta ilegal», dicen desde el sindicato.

Mientras tanto, en el pueblo comentan que quien sea que esté detrás de los fuegos provocados no ha de estar «demasiado bien de la cabeza». Desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad subrayan que la investigación sigue en marcha, aunque avanzada, y que se espera identificar y arrestar en breve a la persona responsable.

Los expertos tampoco descartan que, detrás de estos actos, haya alguien con tendencias pirómanas. Y es que, como acción aislada, el hecho de prender fuego a un contenedor o a un árbol trasciende al simple vandalismo y podría conectar con la psicología del individuo que lo hace: no es el acto de un gamberro que se aburre, es síntoma de que ese gamberro lleva un pirómano dentro, lo cual es un trastorno.

La piromanía ('pyrós' significa en griego 'fuego' y 'manía' significa 'locura') es la tendencia patológica a la provocación de incendios. Según detallan los especialistas, se trata de un desorden mental muy raro y que se daría especialmente en varones.

El caso de este colegio de Sangonera llegó, a finales del año pasado, hasta el Pleno de Murcia. Ciudadanos pidió al equipo de Gobierno que hiciese algo. Pilar Muñoz, edil de la formación naranja, recordó al PP que «a pesar de su abstención, el pasado mes de octubre se aprobó por el Pleno una moción de Ciudadanos en la que se pedía explícitamente la instalación de una valla perimetral y un sistema de videovigilancia para frenar estos actos antes de que tuviéramos que lamentar daños personales». Aquello fue el día de los Inocentes. El 3 de enero, primer incendio de Año Nuevo en el colegio.