Más de cinco años de lucha vecinal, la intervención del ayuntamiento de Murcia, del juzgado y de la Fiscalía de Medio Ambiente y la actuación policial no han sido suficientes para evitar que los fieles de la Iglesia Evangélica de Pentecostés Luz de Dios sigan realizando sus ritos, los cuales molestan por exceso de ruidos a los vecinos del camino de la Fuensanta, en San Pío X.

Un nutrido grupo de africanos utilizan una nave que esta congreación religiosa tiene alquilada cerca de las antiguas calderas del gas para llevar a cabo sus actos litúrgicos cada fin de semana y quienes viven al lado ya no saben qué hacer para soportarlo.

«Hay un decreto de Medio Ambiente que les prohíbe hacer el ruido que hacen, pues ponen la música a tope los viernes, sábados y domingos y aquí es que no hay quien viva», comenta una vecina, quien cuenta que «tienen en torno a 40 apercibimientos de sanción, pero se declaran insolventes y por ahí no se les puede presionar para que dejen de molestar y acaban haciendo lo que les da la gana».

Patrocinio García, presidente de la comunidad de vecinos de las Casas de la Renfe, situadas junto a la nave, edificio formado por 56 viviendas y que son las más afectadas por la cercanía a la nave, declara que es «realmente molesto» lo que tienen que soportar a menudo.

«El primer viernes de cada mes ellos celebran misa y están desde las diez de la noche hasta las dos de la madrugada haciendo muchísimo ruido en horas que no son normales. Es gente que no protagoniza altercados violentos y ahí no tenemos ninguna pega con ellos, pero son intransigentes a la hora de respetar el descanso de los demás, pues superan por mucho el nivel de decibelios permitido para una nave industrial que por otra parte no está registrada como iglesia. Además, aunque les llamemos la atención, ellos siguen a lo suyo», indica Patrocinio García.

Este espacio habilitado para uso compartido es punto de encuentro de la comunidad africana, especialmente subsahariana, y tanto los viernes como los sábados se juntan un buen número de personas que están allí entre las ocho de la tarde y las cinco o seis de la mañana, así como los domingos desde las nueve de la mañana y hasta las tres de la tarde.

El caso ha caído en manos del fiscal regional de Medio Ambiente, José Luis Díaz Manzanera, lo cual ha hecho que el juzgado tome cartas en el asunto y haya decretado una actuación urgente.

La Policía Local y la patrulla ecológica de la concejalía de Medio Ambiente han estado en el lugar y, de hecho, los agentes del orden han requisado instrumentos –una batería, dos órganos y varias guitarras eléctricas, entre ellos–, según apunta la concejala de Medio Ambiente del ayuntamiento de Murcia, Adela Martínez-Cachá.

«Hemos andado los pasos que marca la ley y seguimos los trámites necesarios de un proceso administrativo como éste. La Policía ha acudido al lugar en numerosas ocasiones, llegando a requisar los instrumentos con los que hacen el ruido del que se quejan los vecinos», explica la edil.

El doble de decibelios permitidos en un bar

Ruidos que se acercan a los 100 decibelios, según las mediciones realizadas en el lugar, cuando el límite permitido es de 55 en bares y de 45 en dependencias públicas en general. Los vecinos del camino de la Fuensanta argumentan en sus denuncias que «no nos dejan dormir» y sostienen que la nave utilizada por la Iglesia Evangélica de Pentecostés Luz de Dios no está insonorizada. «Aportamos partes médicos de personas que están enfermas y necesitan descansar, pero que con tanto jaleo no lo pueden hacer. Es el caso de mi madre», comenta una vecina afectada, quien aclara que «no somos racistas, ni tenemos nada contra esta gente, ni contra su religión. Simplemente pedimos poder descansar, algo que no podemos hacer, y cuando les llamamos la atención nos dicen que cerremos las ventanas», manifiesta.