Semana Santa

La lluvia no estropea la pasión en Lorca

A pesar de que las precipitaciones interrumpían la recogida de banderas, se decidía retomar el desfile que llegaba a presidencia con cerca de una hora de retraso con respecto a lo que inicialmente estaba previsto

Daniel Navarro

Daniel Navarro

La lluvia daba anoche el primer susto de la Semana Santa de este año. Cuando la recogida de banderas se encontraba en todo su esplendor en la Plaza de España, con blancos y azules luchando por lanzar los vivas más fuertes y tocar las notas más altas, la lluvia obligaba a los presentes a resguardar los valiosos bordados en los distintos soportales que rodean el lugar.

Las precipitaciones y fuertes rachas de viento auguraban lo peor, pero finalmente, tras dos reuniones y numerosas deliberaciones los presidentes de las cofradías participantes, reunidos en el centro cultural de la ciudad junto al alcalde y diversos representantes municipales, decidían seguir adelante con el desfile.

No obstante, se tomaban medidas para agilizar la procesión lo máximo posible, de manera que el patrimonio permaneciera en la calle el mínimo tiempo posible ante la amenaza de nuevas precipitaciones. Por un lado, los azules decidían retirar dos caballerías, así como el carro de Ptolomeo, 2 grupos a pie y el estandarte del Medallón; mientras que los blancos dejaban en ‘casa’ todos sus grupos a pie, con la excepción del pueblo hebreo, y la carroza del Anticristo.

Y es que, a pesar de que para algunos el significado último de los Desfiles Bíblico-Pasionales de la Semana Santa de Lorca pueda quedar eclipsado por la presencia de llamativas carrozas, grandes bordados, caballos, reinas y emperadores, lo que se cuenta no es más que la historia de la Salvación a través del Triunfo del Cristianismo sobre las demás religiones.

Y así, como un gran catecismo viviente, en la noche de ayer se volvía a poner en escena uno de los momentos claves de una historia que, aunque se repita cada año, no se convierte en menos apasionante. Así, Jesús entraba al caer la noche en una Lorca convertida en Jerusalén, triunfal como lo hizo aquel otro hace dos mil años.

La multitud se reunía en torno al ‘Señor’ lorquino que como él se adentraba en la ciudad en un borrico, después de haber descendido el Monte de los Olivos. El Paso Blanco ponía en escena este Domingo de Ramos su procesión más multitudinaria que protagonizaba también San Juan Evangelista, que cerraba su cortejo, portado a hombros en un trono decorado con más de 4.000 flores y estrellas de filigranas que realizaban en los últimos días mayordomos blancos y costaleros del San Juan.

De nuevo, las calles se llenaban de hebreos ataviados a la usanza del Israel, rememorando al grupo más antiguo de cuantos procesionan en la Semana Santa lorquina.

Por su parte el Paso Azul, como no podía ser de otra manera, ponía en escena a la antítesis del pueblo hebreo: la civilización egipcia. Durante unos minutos, el colorido y la espectacularidad del antiguo país de los faraones volvía a la vida sobre la arena de la carrera, que pasaba a ser el desierto de las tierras cercanas al Nilo. El Grupo del Faraón, de gran vistosidad, los ‘maromeros’ que tiraban de la carroza de la reina Meiamen, Moisés y Ramsés II, éste último en su Barca Solar Sagrada, integraban el cortejo azul en el que no faltó uno de los emblemas de la cofradía, los etíopes, que hicieron toda clase de destrezas sin montura para asombro de unos palcos enfervorecidos.

El grupo de las 7 bigas del ‘Triunfo de José’, al final, levantó el graderío a su paso con una llamativa coreografía; finalizando la procesión azul con el inigualable estandarte de San Juan, obra de Cayuela, la nueva bandera, estrenada el Viernes de Dolores, y la agrupación musical Mater Dolorosa.

Por último, el cortejo de Domingo de Ramos lo cerraba la titular de la Hermandad de la Curia, la Virgen de la Soledad, que presidía la procesión al igual que lo hizo el sábado por el Casco Histórico, pero esta vez en su trono ‘mayor’.

El patrimonio de las cofradías, listo para ser contemplado en todo su esplendor

Desde esta misma mañana se pueden contemplar en las sedes canónicas y museos de los pasos las exposiciones extraordinarias que, como cada año, permiten tanto a lorquinos como a visitantes contemplar una gran parte del rico patrimonio de las cofradías de manera más tranquila y detenida que cuando estos elementos pasan por la carrera principal.

En este sentido destacan las muestras de blancos y azules, que cuentan con servicios de guías de acompañamiento durante el recorrido, que se encargan de explicar la cultura, evolución y particularidades de los Desfiles Bíblico-Pasionales.

Por otro lado, destaca del mismo modo la presencia en el Museo Azul de la Semana Santa de la exposición temporal e itinerante ‘Tesoros de Egipto’, que atrae a miles de visitantes allá donde va. De hecho, según fuentes del Paso Azul para el MASS ha supuesto toda una revolución, multiplicando el número de personas que han acudido al mismo para ver, tanto la exposición permanente como la especial, centrada en la historia de la civilización egipcia.

En cuanto a ‘Tesoros de Egipto’, cabe recordar que cuenta con recreaciones del despacho de Howard Carter o del enterramiento de Gebelein, que comparten espacio con algunos de los mantos más representativos de la civilización egipcia que desfilan en Semana Santa en el cortejo de la Hermandad de Labradores, Paso Azul. En total la exposición, que ocupa la segunda planta del MASS al completo, cuenta con más de un centenar de recreaciones de piezas de las colecciones de los Museos de El Cairo, el Louvre o el Museo Británico, y recrea enterramientos, expediciones científicas, el ajuar funerario y el sarcófago de Tutankamón.