El Ayuntamiento de Lorca se sitúa como punto de enlace entre cofradías y servicios meteorológicos

Las previsiones meteorológicas siempre mantienen en vilo a propios y extraños durante las celebraciones de Semana Santa, pero en Lorca, quizá, aún más, como se demostró en la tarde noche de ayer. Las particulares características de los Desfiles Bíblico-Pasionales, en los que participan carrozas de grandes dimensiones y numerosos trajes, túnicas y mantos bordados en oro y sedas, para los que el contacto con agua representaría un auténtico desastre, hacen que se mida muy mucho si llevar a cabo una procesión en caso de existir un pronóstico desfavorable.

En este sentido el alcalde de Lorca, Fulgencio Gil, que asumía además las competencias de 'Semana Santa', jugó este Domingo de Ramos un papel fundamental, recibiendo todos los informes meteorológicos y manteniendo contacto directo con los presidentes de las hermandades y cofradías que, tras dos reuniones y la interrupción de la recogida de banderas, decidían finalmente retomar el desfile, tomando medidas para agilizarlo todo lo posible, retirando algunos grupos pero manteniendo la esencia de la procesión.

La lluvia no estropea la pasión en Lorca