Semana Santa

La Soledad hace suyo el Casco Histórico de Lorca en una sobria procesión

Sólo los sones de las bandas de música rompían el silencio de la noche, cuya protagonista era la titular de la Curia

Daniel Navarro

Daniel Navarro

Únicamente la Hermandad de la Curia, Paso Negro, tiene el honor de presidir dos procesiones en la Semana Santa de la Ciudad del Sol, siendo suyo el protagonismo tanto del Sábado de Pasión como del Domingo de Ramos. Estos días la Virgen de la Soledad desfila por Lorca, mostrando a propios y extraños la singular belleza del último de los siete dolores de la Virgen.

Y es que esta imagen de José Sánchez Lozano, continuador de la escuela salzillesca de imaginería y artista de sorprendente habilidad técnica que se prodigó en esta tipología pasionista, representa como pocas el recogimiento del misterio que representa, el supremo dolor lo mostraba en un hondo y sereno sentimiento, con la cabeza ligeramente inclinada hacia abajo y la mirada perdida, lágrimas en los ojos y las manos sobre el pecho con los dedos entrelazados.

A hombros de diversos profesionales del Derecho y de la Justicia –no en vano la Curia es la única cofradía gremial del municipio– la Soledad recorría las principales calles del Casco Histórico, acompañada de los sones de las bandas de música de Encarnados, Blancos y Azules, tras la solemne Eucaristía en su honor. El serpenteo de calles llevaba hasta la Plaza del Ibreño y el Porche de San Antonio. Esta, la única puerta que queda de la ciudad medieval, era testigo de uno de los momentos más emotivos de todo el recorrido, puesto que el esfuerzo realizado por los portapasos para salvar el obstáculo no pasa desapercibido para el amplio público que cada año se da cita en el lugar.

Posteriormente el cortejo, integrado por una representación de todas las cofradías de Semana Santa, transitaba por la calle Zapatería, desfilando ante el Convento de la Consolación de las Madres Mercedarias, hasta llegar a la Plaza de España por las calles Rojo y Cava. Allí, un pasillo de estandartes, algunos de ellos declarados como BIC por su tremendo valor, rendían homenaje a la Virgen en su camino de soledad.

Durante el recorrido la titular de la Curia lucía su manto negro bordado en oro y sedas, diseñado por José López Gimeno, en el que están presentes los escudos de la Justicia y de Lorca, así como un medallón central bordado íntegramente en sedas y representando a Jesús. Tras la vuelta a la antigua colegiata de San Patricio, los hermanos de la Curia se afanaban en preparar su cortejo para hoy, Domingo de Ramos, segundo desfile que presiden.

Pero esta noche la soledad desfilará en su trono 'mayor', restaurado en 2011 por los hermanos Serch, luciendo el manto que ideó para ella Joaquín Ruiz Guzmán, inspirado en motivos de la Capilla Sixtina. La pieza está considerada como uno de sus mejores bordados. El cortejo lo completará un tercio de nazarenos con capas que asemejan a las togas que utilizan los profesionales del Derecho en los Tribunales de Justicia.